
Mucha gente me pide que le cuente exactamente qué es lo que hacemos en K2K Emocionando. No es fácil, pero diría que se resume enalgo así como liderar transformaciones rádicales de las organizaciones para que alcancen resultados (de todo tipo) excepcionales.
Lo de la transformación radical me parece especialmente relevante porque como nuestro modelo se basa en las personas, en un nuevo estilo de relaciones, hay quien piensa que eso significa que todo es un camino de rosas en el que todo el mundo está felíz de manera permanente, que lo único importante es el buen rollo… en absoluto.
No nos autoengañemos, ni engañemos a nadie: los cambios profundos son dolorosos y por el camino hay sufrimiento, hay miedo, hay enfrentamiento, hay frustración… si no, es que sólo estamos actuando de manera superficial y por lo tanto el cambio apenas tendrá ningún efecto real y duradero.
Mi sensación es que en estos procesos de transformación se generan sensaciones y vivencias muy parecidas a las de una persona joven cuando se emancipa, cuando se marcha de casa de sus padres para vivir su propia vida tomando sus decisiones y asumiendo plenamente sus responsabilidades; distinguiría al menos una secuencia en tres escenario:
– La euforia de la liberación: lo mismo que al o la joven cuando sale de casa de sus padres por primera vez, en una empresa en la que las personas comienzan a hacerse con las riendas de la situación, a tener toda la información, a tomar decisiones, a no necesitar a los jefes ni mandos intermedios, etc, se produce una fase de euforia, una sensación de fuerza terrible. Suele ser un momento de máxima implicación, de altísima motivación, donde todo se ve posible y no hay límites ni obstáculos.
– La dureza del día a día: más pronto que tarde la realidad se encarga de hacer bajar esa euforia y al igual que ese joven en su casa tiene que enfrentarse a cada problema sin acudir a sus padres, tiene que tomar cada decisión y equivocarse un montón de veces hasta acertar, tiene que vivir con mil incertidumbres, con la soledad o con la problemática de la convivencia, en la empresa sucede lo mismo, y de repente surgen todos los problemas de siempre, más un montón de ellos nuevos, y lo mismo que antes todo era posible, ahora ronda por la cabeza una pregunta terrible ¿no estabamos mejor antes? Esta fase es muy dura, hay que tomar decisiones que no a todo el mundo le van a gustar, hay que seguir y no desfallecer en los criterios planteados a pesar de que todo indica que nos estamos equivocando.
– Disfrutando con el nuevo proyecto: algunas organizaciones no salen de esa segunda fase, pero las que lo logran, las que no cejan en el empeño, las que luchan por hollar la cumbre a pesar de la ventisca, esas dan un salto realmente espectacular y ven como poco a poco el cielo se despeja y se aprecian todos los resultados del duro trabajo realizado, sin el cual nada se hubiera logrado. Es cuando realmente las personas disfrutan de verdad con su proyecto porque ahora sí que es suyo y porque nadie se lo ha regalado, sino que han peleado por él y siguen haciéndolo cada día desde su compromiso y su responsabilidad. La transformación se ha producido y ya es difícilmente reversible. No es momento de dormirse y habrá que seguir caminando, pero ya nadie querrá darse la vuelta sino avanzar y lograr nuevas metas.
Tomar las riendas, hacerte responsable, ser consecuente, comprometerse, decidir y asumir las consecuencias, son actitudes difíciles tanto en la vida en general como en nuestra vida profesional en particular. Y todo esto no se consigue sin esfuerzo, ni se logra tras un feliz y agradable paseo primaveral, pero no hay nada más valioso y más preciado para una persona que aquello que ha logrado por sí misma, con esfuerzo y con la ayuda y la participación de sus compañeros.
Al menos es mi opinión y mi vivencia 😉
(La foto es de Monkeyleader)
Estoy de acuerdo, pasa a menudo que cuando hemos dado con la clave o con la causa o con la explicación que desentraña el misterio y nos muestra el camino pensamos que ya no queda nada, que ya está resuelto;… queda lo peor, mantener el compromiso, esforzarse y empeñarse en cambiar el hábito, el entrenamiento ¿por qué si lo vemos tan claro en el deporte nos lo saltamos en las relaciones? También en nuestras relaciones, emociones,… necesitamos entrenamiento.
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Me gusta esta reflexión, el post y el comentario anterior, y del post, en especial la descripción de la fase 2. A veces se percibe en algunas perspectivas que se considera a Koldo Saratxaga un gurú autor de milagros y se está como a la expectativa de que vaya a realizar una especie de truco de magia y ¡¡ya está conseguido el éxito!! Comparto parte de la visión de quienes adoptan en algún momento esta actitud, la parte que implica la confianza en Koldo y su modelo de gestión, e igualmente comparto la idea de la siembra de Koldo, es decir, trabajo y constancia, al igual que la unión entre las personas, la comunicación y la confianza, y algo que ahora está muy de moda en el management, cuando todos buscan culpables de la crisis y se hace referencia continuamente a los jefes tóxicos: el hacer que el ambiente laboral e interior personal esté libre de toxinas que alejen de la realidad y de los compromisos. Creo que también en eso es importante la labor del equipo, el apoyo mutuo.
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Carmen, Aitor, gracias por vuestros comentarios, complementan perfectamente la idea del post.
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Lamentablemente, en las empresas se usa mucho la «Tecnica Lampedusa» es decir cambiar todo para que nada cambie. El cambio implica todo lo que has comentado, pero todo ello pivota sobre algo muy sencillo «Querer». Querer cambiar de verdad, estar convencido de lo que se hace, quizas hasta tener fe, en las personas y en que se alcanzaran resultados tras un importante esfuerzo y continuidad y perseverancia en el mismo.
En mi organizacion se ha planteado por la direccion el tema del cambio a otro modelo de reorganizacion (reingenieria de proyecto) como algo gradual progresivo.
Yo creo que los cambios de raiz, de modelo o paradigmas en la empresa deben ser radicales, brutales si se quiere, en caso contrario me parece que estan abocados al fracaso ya que se produce una especie de dilucion de su fuerza impulsora que hace que se queden en meras declaraciones de intenciones y si siga con la misma inercia. No se que os parece ¿cambio radical o progresivo?
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El cambio progresivo es muy útil para la mejora continua, para seguir en el mismo camino pero de una manera más eficiente, con un mejor servicio, etc.
Ahora bien, si lo que se pretende es un cambio cultural, una transformación radical, un cambio de rumbo, a mi juicio, sin ninguna duda el cambio ha de ser radical, profundo y tajante. Aquí la progresividad lleva a que te quedes en la fase dos de por vida.
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Reflexiones sencillas pero como vienen de la sistematización y la experiencia propia siempre (me) impresionan y provocan.
Tengo un debate personal en esta historia. En mi y en algun momento esfuerzo y creatividad se han peleado.
Tuve que abandonarme para escuchar y descubrir que me hacia vibrar. El tener que, la obligación y ciertos valores que hacian apologia del trabajo duro estaban tapando otros mimbres para otras cestas. Es un momento de taza de te humeante.
Y entonces cuando las tienes… a tejer, a dejarse los dedos pero entonces ya con la punta de la lengua fuera de la boca y sonriendo mientras. Al de un rato te cansas de esos cestos y quieres… otra taza de te. Un baile, puro baile,…
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Asier, so que comentas con tanto acierto se llama «procrastinar», que si lees la explicación oficial de lo que es, da cierto yuyu, pero en realidad parece que efectivamente es una conducta muy ligada a la creatividad, como bien señalas en tu comentario.
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Que cosas más feas me llamas, Pablo. Voy a postergar mi respuesta para otro momento, je. Mientras leo la wiki http://es.wikipedia.org/wiki/Procrastinación . Prometo contestación. Un abrazo
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Pues me ha costado responder. El remite a un trastorno de la personalidad me puso los pelos como escarpias.
Y no porque no sea consciente de las dificultades que conlleva un carácter que tira hacia el ritmo más lento (diciéndolo rápido) ni tampoco por tener un lugar en el DSM (listado de «patologías» con su descripción y fármaco inventado y vendido para responderla) de turno. Soy consciente de lo uno y de lo otro, tengo más cosas tipificadas como enfermedad en el susodicho instrumento sin dudas.
Quizás es que he sentido que lo que contaba, uno siempre cree que es complejo e inclasificable, se ha encerrado en la jaula de un nuevo concepto. En los primeros libros de la PNL se hablaba del riesgo de cosificar, dejar de escuchar la experiencia o la percepción porque ya ha encontrado casillero en el armario de los conceptos.
Un poco eso. De todas formas, y con el peso de tener un nuevo adjetivo en mis espaldas, mil gracias por el impacto y reflexión en la que me has-he metido. besos.
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