Muy sugerente el post del blog de Eduardo Punset en el que tras su entrevista con el neurocientífico Larry Parsons, concluye que emocionarse con lo que uno hace es vital, pero sin que esa emoción nos lleve a perder de alguna manera el control de nuestras acciones. En consecuencia: emocionarse sí, pero no demasiado.
Para alguien como yo que trabaja en una organización que se llama «K2K Emocionando«, esta reflexión es muy relevante.
En este video lo explica fenomenalmente bien. ¿Qué os sugiere a vosotros?