
Efectivamente, a mi juicio, el liderazgo ni se hereda genéticamente ni se aprende en las escuelas de negocios; las personas líderes ni nacen ni se hacen ya que el liderazgo no es una cualidad que una persona puede obtener por si misma sino una capacidad que otras personas le conceden, le dan, le entregan, le otorgan.
Esta es la tesis fundamental que intentaré defender y argumentar en mi exposición en la jornada sobre «Retos de la Administración Pública» que ha organizado el grupo Q-EPEA y el IVAP con motivo de la Semana Europea de la Calidad el próximo 19 de noviembre en el Museo Marítimo de Bilbao y a la que han tenido la amabilidad de invitarme como ponente.
A mi juicio, los conocimientos, las experiencias, las características personales, las habilidades o las vivencias, son elementos todos ellos que las personas «poseemos» bien porque hemos nacido con ellos o bien porque los hemos adquirido con el tiempo, y los tenemos independientemente de lo que haga el resto del mundo.
Por ejemplo, la formación que he adquirido en mi licenciatura en derecho o en mi MBA las tengo y son «mias» por mi mismo. No hace falta que nadie me diga cuanto se o dejo de saber sobre derecho o sobre gestión de empresas porque mis conocimientos los puedo desplegar y desarrollar independientemente del resto del mundo.
Sin embargo, el auténtico liderazgo supone necesariamente la concesión por parte de otras personas de la capacidad de moverlas voluntaria y entusiastamente hacia la consecución de un determinado objetivo; y las personas sólo nos movilizamos en pos de una meta por miedo o temor a las consecuencias de no hacerlo o por propio convencimiento, por puro deseo personal de hacerlo.
En el primer caso no estamos ante un liderazgo, sino ante «el poder», ante lo que los romanos llamaban «potestas«, que nada tiene que ver con la «auctoritas«. En cualquier organización, ya sea una empresa, una administración o una asociación, hay personas que logran que otras hagan cosas porque tienen el poder y la fuerza para lograrlo; en cambio hay otras personas que consiguen movilizar sin poder, simplemente por su liderazgo, su «autoridad moral», su capacidad que conseguir que otras personas le otorguen el poder sobre ellas.
Tener clara esta cuestión me parece de suma importancia, especialmente en la Administración Pública; muchas veces he oído quejarse amargamente a personas que tenían que liderar a otras en el ámbito de la administración de que no conseguían hacerlo porque no tenían las mismas armas que la empresa privada, refiriendose con ello a la posibilidad de sanciones, remociones e incluso despidos.
El problema de estas personas es que no aspiran a ser líderes sino únicamente a ser tiranos, pero carecen (afortunadamente) de la fuerza para colocarse en esa posición así como también (en este caso por desgracia) de la clarividencia para comprender que no hay nada más poderoso en una organización que las personas cuando se suman voluntaria y entusiastamente a la consecución de un objetivo.
Para ir calentando motores y tratando de que la «pre-conferencia» sea tan provechosa como el propio momento de la charla, os lanzo algunas cuestiones para la reflexión, además de que podéis (y debéis) rebatir y contraargumentar todo lo planteado hasta la fecha:
- Pensando en personas a las que veis ahora o habéis visto en algún momento de vuestra vida como líderes, ¿qué características tenían esas personas para que las consideraseis como tales?
- ¿Cómo os hacen u os han hecho sentir esas personas al trabajar o al interactuar con ellas?
- Por el contrario, ¿qué hace que otras personas con las que os relacionáis y que tiene «poder» real y efectivo sobre vosotros sin embargo carezcan de ese liderazgo?
Espero vuestras aportaciones para seguir la conversación.
Ahí van mis respuestas:
1- capacidad de escucha, capacidad de delegación de responsabilidades, generan un entorno de confianza, argumentan al detalle sus propuestas y decisiones, trabajo y dedicación, muestran abiertamente sus dudas y contribuyen a despejarlas en equipo, asumen responsabilidades también ante los fracasos, son audaces y comprensivos con los errores.
2- he tenido la oportunidad de trabajar con algunas personas a las que considero verdaderos líderes. En el ámbito de los movimientos sociales he percibido también que es importante el carisma. Sé que es algo difícil de definir pero no me estoy refiriendo al carisma entendido como mera imagen o fachada, sino a un concepto que la persona se ha labrado después de intensos años de actividad. Trabajar con este tipo de personas es un placer y los sacrificios que tienes que hacer los afrontas con ilusión y satisfacción. Cuando confias en una persona, en un lider, tu capacidad de trabajo aumenta y las satisfacciones también. En mi caso concreto cuando pasé de ser un miembro de Elkarri a tener la oportunidad de trabajar con personas como Victor Aierdi, Gorka Espaiu o Jonan Fernandez, a los que consideraba auténticos lídere, todo fueron satisfacciones personales y crecimiento personal.
3- igual gracias al trabajo que desarrollo tengo la capacidad de detectar a los vendepeínes, personas con mucho poder pero poca capacidad de liderazgo porque puedes percibir sus pocas dotes para llevar equipos de trabajo, lo que se percibe en los resultados que obtienen.
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Gracias Pablo por este estupendo post. Yo personalmente no me meto en el dilema de: el líder nace o se hace, yo simplemente creo que además de que los demás te tienen que conceder los dotes para que tu seas líder, tiene que haber algo en el carácter de la persona «líder» que atraiga a los demás. Puede ser por una parte el entusiasmo ante un determinado reto, puede ser la buena manera de gestionar o puede ser simplemente la confianza que da a los demás.
Respondiendo a las preguntas:
– Los líderes pueden tener características diferentes entre ellos pero todos ellos serán buenos escuchando, serán rectos o estrictos pero nunca perderán el lado humano de las relaciones, son buenos movilizando y entusiasmando…
– Al estar cerca de un líder sientes la transmisión de ilusión y energía. Te sientes mucho más poderoso tu también.
– En mi opinión a las personas con poder pero que no son líderes les falta a raudales humanidad y relaciones humanas, el empatizar con los demás, el escuchar. Es gente que se cree que por estar en un puesto determinado puede hacer lo que quiera sin contar con la opinión de los demás.
Un abrazo
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Muy interesante post. Auctoritas y potestas.
A tus preguntas indicarte que el lider,los que yo he conocido, tenian algunas caracteristicas comunes; Humildad para no despreciar lo que se desconoce y reconocer que otros tambien te pueden aportar, Elegancia en su proceder con los demas, Capacidad de escuchar y valorar lo escuchado, Audacia en sus planteamientos, Valor para la toma de decisiones y asuncion de sus consecuencias y, por supuesto, una gran Capacidad de Comunicacion y de «conectar» con los demas.
El trabajar con un lider supone que aunar emocion + accion, hacer porque te emociona lo que haces y por ello se hace mejor y el esfuerzo es mas grato.
Los que ejercen su puesto en el organigrama pero carecen de capacidad de liderazgo pueden ser buenos jefes, no lo negare, pero siempre supondran un riesgo, ya que impondran pero no convenceran, ni siquiera motivaran. Normalmente cuando vienen mal dadas, conscientes de su carencia de liderazgo, tienden a apuntalar su posicion cayendo en la tirania y tomando las soluciones mas faciles y menos arriesgadas para ellos a pesar de que redunden en el dolor de muchos.Son los del ERE como medida de reduccion de gastos generales en vez de quitar los cohes de empresa y las visas platino.
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En mayo escuché a Alex Pattakos decir que el factor decisivo de motivación para cualquier persona es la búsqueda de sentido (relacionado con la teoría del psiquiatra Victor Frankl).
Decía que el líder no tiene todas las respuestas y, por ello, todas las personas de una organización deben participar en el proceso de toma de decisiones, para lo que debe existir una motivación, un sentido. Hay que liderar desde el sentido, llevando a otros también a la búsqueda del sentido.
Si os interesa podeis leer el resumen de la charla en mi blog:(poshttp://ideamos.wordpress.com/2008/05/30/el-lider-busca-sentido-y-lleva-a-los-otros-a-buscar-sentido/).
Personalmente considero fundamentales otras dos cosas, en las que tú, Pablo, eres un experto:
1.- querer a las personas, ponerse en su lugar y entender sus circunstancias, para lo que hay que dedicarles tiempo y cariño, y
2.- mantener el sentido del humor aún en momentos complicados.
En mi caso, haber compartido 7 años de mi vida muy de cerca con Pablo, lider absoluto, ha sido la mejor experiencia profesional de mi vida, y llevo veinte años trabajando.
Muchas gracias, Pablo.
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Creo que todas las apreciaciones que habéis dado se corresponden con mi opinión. Incluiría un pequeño matiz que considero muy importante. El líder tiene la capacidad de formar y reforzar a sus colaboradores como líderes (confianza). Creo que ésta es una parte muy importante, y quizás de las más difíciles, porque implica la humildad por parte del líder de hacer partícipes a todos de ese rol.
Este punto lo he visto desarrollado en la empresa que trabajo, y doy fe que el líder realizó esa tarea con su equipo, transformando a la mayoría de sus colaboradores en auténticos Lideres. Creo que de ésto Pablo e Isabel saben un rato ¿verdad? ; )
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Gracias a todos por vuestras aportaciones, las tendré muy en cuenta a la hora de preparar el siguiente post sobre el tema.
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¿No nacen ni se hacen?
Pero estoy completamente segura de que si evolucionan y se desarrollan.
Mis lideres son sentimentalmente sensibles. Abiertos y tolerantes, y siempre quieren aprender de los demás.
Asi siempre han hecho sentirme valiosa, potencialmente en crecimiento y han logrado sacar lo mejor de mi.
Los que azuzan, queman, desgastan,…etc siempre han logrado que me pregunte ¿soy una máquina sin capacidad para pensar, opinar, mejorar por mi misma que necesita que este mediocre crea que sin su «bara» no genero beneficio?, y os garantizo que la máquina se para.
Gracias por ayudarme a traer a mi cabeza estas reflexiones.
una lástima no poder acudir el jueves 19 a escucharte en persona por no pertenecer al sector público.
un saludo.
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¿Qué tal fue la conferencia? Llevaba días, tal vez semanas, ordenando ideas e impresiones sobre el concepto del líder. Y por fin «ha nacido» el post. Te paso link: «El mito del líder». Nos seguimos leyendo. Un saludo.
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Maria, tienes razón, evolucionan, crecen y hacen crecer a quienes tienen al rededor. Gracias por tu comentario, muy interesante.
Maite, tengo preparado un post sobre el tema y espero colgarlo en breve. Gracias por interesarte y por tu aportación.
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