
Perspectiva de Bilbao desde la torre Iberdrola
A veces hay acontecimiento históricos que nos debieran a ayudar a comprender mejor la realidad en la que vivimos.
La semana pasada escuchaba en La Ventana de la SER el espacio de Nieves Concostrina un hecho histórico para mí desconocido hasta ese momento pero que me ha resultado realmente revelador: 1623, Felipe IV decide cerrar las escuelas de gramática (educación secundaria) de todos los pueblos de España (no de las ciudades) con el objetivo declarado de ahorrar costes para hacer frente al brutal déficit y a la inmensa deuda pública, pero sobretodo, para conseguir que los hijos (las mujeres no iban a la escuela) de los pobres no se dedicasen a estudiar sino a trabajar en el campo, en los oficios manuales, etc
La educación deberia de ser el instrumento social básico para conseguir la igualdad de oportunidades y la movilidad social. Una persona puede nacer en una familia humilde o en una familia millonaria, pero si hay un buen sistema educativo, los hijos e hijas de las familias menos pudientes, tienen la posibilidad de mejorar su situación y acceder a estudios superiores, trabajos mejor remunerados y por lo tanto a ascender en la escala social.
Esto que parece de sentido común y deseable para el conjunto de la sociedad, sin embargo es combatido enérgicamente por las élites sociales que desean mantener el statu quo, pero lo hacen con medidas y argumentos revestidos de supuestos criterios de eficacia y eficiencia, al estilo de Felipe IV:
- Se intenta limitar el acceso a la universidad con el argumento de que hay demasiados universitarios
- Se intenta ligar los estudios únicamente a las necesidades del mercado laboral
- Se reduce la gratuidad de los estudios, impulsando la necesidad de realizar masters y similares.
- Se reducen los importes de las becas y se ligan a notas altas, no solo a aprobar o no, de manera que se impide a muchos alumnos continuar con sus estudios a pesar de que vayan aprobando.
Nada de todo esto es casual, todo está encaminado a un único objetivo general: el mantenimiento del statu quo por parte de los que están en las posiciones socialmente privilegiadas. No es que haya un complot, una conspiración organizada, simplemente es la famosa lucha de clases que los que la van ganando dicen que ha muerto…