Hispalyt es la asociación que agrupa a los Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida del sector de la construcción en España.
La semana pasada tuvimos una reunión para conocer los estudios que están haciendo para lograr que su producto de tabique cerámico (de ladrillo, vamos) cumpla las especificaciones en materia de acústica que va a exigir el nuevo Codigo Técnico de la Edificación.
Han buscado una solución constructiva que permite continuar haciendo tabiquería de ladrillo sin necesidad de aumentar el grosor de las paredes para incrementar el aislamiento acústico, lo han testado en el laboratorio de control de la calidad en la edificación del Gobierno Vasco (en colaboración con Labein), también en algunas promociones reales y están trabajando con el Ministerio para que se reconozca la solución como una de las aceptadas por el propio Código Técnico. Van a editar un manual de difusión gratuita, están dando cursos de formación a los instaladores, y están contactando con los principales agentes del sector. Además hacen algo muy importante: no criticar a los productos de la competencia sino mostrar los puntos fuertes de su producto.
Me ha parecido un ejemplo de cómo debe actuar una asociación profesional, aportando valor a los clientes del conjunto de sus asociados.
La solución que proponen es interesante porque consiste en la instalación de una «banda elástica» en el perímetro de cada tabique con las demás paredes, con el techo y con el suelo, que son los puntos por donde se producen la mayor parte de los “puentes acústicos” (puntos por donde se cuelan las ondas sonoras y que permiten que un ruido en una vivienda se oiga en las viviendas contiguas) Según parece se logran valores de unos 54 decibelios «in situ» (el CTE exige un mínimo de 50) y apenas supone sobrecoste, ni genera problemas de estabilidad ni tiene incidencia negativa en caso de incendio, aunque tiene el mismo problema que toda la construcción de este tipo, que su eficacia depende de la pericia y el mimo con el que trabajen los instaladores. Por otro lado, persisten los problemas tradicionales de la tabiquería cerámica, es decir las fisuras, las fugas de calor y ruido por las “rozas”, por los rellenos, etc, o los deficientes acabados.
Sigo pensando que la edificación tiene que evolucionar hacia la industrialización de buena parte de sus componentes, pero al menos es una alegría ver que sectores aparentemente poco proclives al cambio también se preocupan por mejorar y por innovar.
Bueno, Pablo. Supongo que esos ensayos en laboratorio que comentas, se habran hecho en el laboratorio de cotrol de calidad en la edificacion del gobierno vasco. Me parece peculiar que trabajando en una empresa publica como es visesa te olvides de mencionar a quien le pertenece el laboratorio… y con respecto al modo de trabajo de hispalyt, o del consorcio de termoarcilla… ahi habria tambien mucho que comentar…
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Tienes toda la razón y el fallo es imperdonable. A veces a los que tienes más cerca es a los que menos ves. Además he de decir que el trabajo que realiza el laboratorio de control del Gobierno Vasco es extraordinario y está reconocido como tal en todo el Estado.
En cuanto al trabajo de Hispalyt, sólo lo conozco de la reunión que comentaba, pero si tu tienes otra opinión sería estupendo conocerla y poder contrastar pareceres, que es lo más enriquecedor.
Gracias por tu comentario y tu puntualización, mugalari.
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Pues sí, el laboratorio de control del Gobierno Vasco es extraordinario. La parte dedicada a ensayos acústicos es especialmente espectacular, y divertida de visitar. Hay buena gente por ahí, además.
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Supongo que mugalari se referirá a esa campaña de hace unos meses en prensa, radio y televisión que Hispalyt encargó para convencernos de que sólo los muros y tabiques de ladrillo son «paredes de verdad».
También supongo que cualquier lobby industrial está en su derecho de hacer campaña para convencernos de que su producto es mejor que el de la competencia, pero en estos capítulos de obra de cerramientos de fachada, revestimientos de cubierta, pavimentos y divisiones interiores (las partidas que tradicionalmente se ejecutan con material cerámico, desde tiempo inmemorial) tengo mi propia percepción: toda obra «húmeda» (que siga utilizando morteros elaborados, como desde hace milenios, con agua, arena y cal o cemento), colocada a mano, pieza a pieza, como los sumerios hace 5000 años, pienso que debería ser sustituída por técnicas industrializadas, tecnológicamente más avanzadas, con menor coste de mano de obra, más seguridad y limpieza en obra y menor tiempo de colocación.
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