La historia nos juzgará y nos condenará.

miseria

Aquí estamos, saliendo de nuestro matrix particular, de la ilusión de que podíamos inventarnos impunemente la realidad y permanencer indemnes; los expertos lo tienen claro, toda la crisis tiene una única causa, la falta de confianza… en realidad quieren decir que se acabó la magia, que se descubrió el pastel, que se rompió el hechizo… y que muy probablemente ya no volverá jamas.

Hay quien reclama un nuevo Bretton Woods, dios no lo quiera.

Yo sólo espero que este sea el principio de una nueva era en la que acabemos con la mayor iniquidad de nuestra sociedad, cometida por la avaricia y la inmoralidad de unos cuantos y por la infame pasividad de la inmensa mayoría.

Un nuevo orden mundial con unas bases radicalmente diferentes de las que cimentaron el mundo tras la Segunda Guerra Mundial.

De lo contrario no tengo ninguna duda de que nuestros hijos, nuestros nietos, nos aborrecerán, renegarán de nuestro legado, desearán morir ante la vergüenza de lo que fueron capaces de hacer sus antepasados con sus semejantes.

PS: en mi «barrio», no soy el único que piensa de este modo, y si no lean por ejemplo a Bengoetxe o a Arkimia.

(La foto es de fah-lo-sue)

3 comentarios en “La historia nos juzgará y nos condenará.

  1. M@k, el Buscaimposibles

    Déjame llamaros ilusos, anda.
    Los bancos, los constructores y todos los especuladores juntos están pensando ya en el después y en lo bien que se lo van a pasar con los billones que les van a dar los estados. ¿Nadie ve que han pasado al siguiente nivel del juego?
    «Después» segurá habiendo bancos, seguirá habiendo neo-neo-liberalismo y aunque los nombres sean algo distintos, los que estén se habrán aprovechado tanto de la crisis que serán incluso más poderosos que ahora.
    Game is not yet over.

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  2. idi

    Qué difícil e incomprensible se me hace pensar que hay gente que vive en este planeta, y con capacidad de decisión, que se mantiene insensible ante la muerte de diez millones de niños al año en este mundo cruel. Se me hace un nudo en la garganta si hago un ejercicio de traslación, y pienso que mis dos retoños estarían ahora a punto de fallecer por hambre y desnutrición, si hubieran tenido la mala suerte de nacer en una de esas partes del planeta en la que hoy día se sigue muriendo por inanición. Y me vienen a la memoria unas palabras de Angel Olaran, misionero de la orden de los padres blancos que desarrolla su labor en Africa- las podéis escuchar en un informe semanal de julio de este año sobre la hambruna en Etiopía que están c a disposición en la web de rtve- en las que decía que » si los responsables del G8 se dieran una vuelta por aquí antes de tomar sus decisiones probablemente cambiarían las mismas, que no hacen más que llevar a la muerte a millones de personas en el mundo que no tienen más que un dólar, y menos, para alimentar a su familia al día». Creo que estos hombres seguirían siendo igualmente insensibles porque sólo les llamar la avaricia, porque al final no dejan de ser, como bien dijo Olaran a quien tuve este año la suerte de conocer, que los especuladores son «los sicarios del capitalismo». Esos, los sicarios, y ahora lo digo yo, que borran del mapa a diez millones de niños menores de cinco años, a cambio de seguir engordando sus multimillonarias cuentas bancarias. ¿ Dónde está la justicia?

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