Ayer participé en una Jornada sobre Edificación Sostenible organizada por Aclima (el Cluster de las industrias de medioambiente de Euskadi) y en la que colabarabamos desde VISESA.
Mi intervención fue muy breve, en la presentación de la Jornada, pero creo que algunos conceptos pueden ser interesantes. De forma sintética, mi planteamiento fue el siguiente: ¿Por qué una promotora, una contructora, un equipo de arquitectos necesita incorporar la sostenibilidad como elemento clave de su actividad empresarial? Resumidamente por tres razones:
En primer lugar por responsabilidad social.
Hoy muchas empresas ya son conscientes de que no pueden actuar pensando únicamente en la maximización de su beneficio y olvidandose de las repercusiones ambientales, sociales, culturales, etc de su actividad y por lo tanto asumen como un objetivo propio el mantenimiento del medio como garantía de futuro de su propia actividad. La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) está llamada a ser un elemento diferenciador en las empresas y la elaboración de memorias medioambientales y de RSC junto a las tradicionales memorias económicas y contables es una prueba de que estos conceptos no son mera «filosofía», sino aspectos cruciales para una empresa moderna.
Para quienes sigan pensando que su condición de empresarios les da derecho a esquilamar sin miramientos los recursos naturales, les propongo una segunda razón: el mercado les va a demandar productos medioambientalmente sostenibles, energéticamente eficientes.
No será mañana, ni la semana que viene, pero que nadie piense que esto de la edificación sostenible es una moda y que la gente ya se cansará como se cansó del gotéle. Lo mismo que hoy el fabricante de coches ya no puede colocar en el mercado vehículos con consumos altos, con baja seguridad, o con alto grado de emisiones contaminantes, o igual que los fabricantes de electrodomésticos cada vez tienen más dificultades en colocar sus productos de menor eficiencia energética, los diseñadores, productores y vendedores de viviendas se van a encontrar con un mercado cada vez más exigente en esta materia y la gente se empezará a preguntar por lo que consume la vivienda, los aislamientos que tiene, los sistemas pasivos de eficiencia energética, etc. Sólo quien este preparado para ofrecer un producto de estas caraterísticas podrá vernder rápido y a buen precio; el resto venderá, seguramente, pero le costará mucho más, y tendrá que hacerlo a precios inferiores porque su producto se va a percibir como un producto de peor calidad.
Aún así, habrá empresarios del sector que además de ser socialmente irresponsables, no les importe posicionarse adecuadamente en el mercado y sigan pensando que podrán vender hagan lo que hagan. Para estos recalcitrantes, aún hay una tercera razón para apuntarse al carro de la sostenibilidad: a medio plazo la legislación va a ser muchísimo más estricta con estos temas, como ya lo es con otros sectores industriales, acostumbrados durante decadas a utilizar el medio como un vertedero y que han tenido que hacer sustanciosas inversiones para adaptarse a las exigentes normativas que se han ido aprobando.
La construcción no se va a escapar de esta dinámica, y el que no quiera “por lo civil”, acabará entrando “por lo penal”, pero habrá muchas empresas que ya en este punto no tengan más remedio que echar la persiana porque ya será demasiado tarde para ellas: su desprestigio social y su falta de adecuación al mercado no les permitirá adaptarse con un mero cumplimiento de la norma.
No tengo dudas: este será el panorama en unos cuantos años, y no debo de ser el único que así lo cree… nadie se gasta millones en una super campaña publicitaria centrada en la sostenibilidad si no es porque tiene este futuro también en su cabeza.
Por todo ello, la iniciativa de Aclima es muy interesante, ya que necesitamos foros operativos donde poner en relación a los agentes del sector de la edificación (promotores, constructores y diseñadores) con las empresas que nos pueden aportar materiales, tecnologías, sistemas constructivos, soluciones que hagan nuestra actividad productiva realmente medioambientalmente sostenible.
Como ya transmití en la propia Jornada, mi felicitación a Aclima por esta iniciativa, mucho ánimo para seguir adelante con ella, y nuestra colaboración en todo lo que sea necesario.