
Hay toda una serie de comportamientos que siempre me han desagradado profundamente. Antes realmente me enfadaban mucho aunque ahora he aprendido a controlar ese enfado y simplemente los observo y pienso para mí «observa, presta siempre atención para no hacer lo mismo».
Me refiero a esas pequeñas cosas que mucha gente hace en el día a día y que no harían si prestasen un poquito de atención a su alrededor: plantar el coche en mitad de un paso de cebra, dejar el carro de la compra en el centro del pasillo del super, caminar por la acera en paralelo bloqueando el paso a cualquier otra persona, sentarse en el metro ocupando asiento y medio, etc, etc.
Soy consciente de que son minucias, cosas que la gente hace sin darse cuenta. Estoy seguro de que yo también las he hecho, y seguiré haciendo algunas sin percatarme.
Pero pienso que precisamente prestar más atención a estas pequeñas cosas que hago en cada momento y cómo eso puede estar repercutiendo en otras personas y en mi entorno cercano, es un buen «entrenamiento» para cuando se presentan situaciones de mayor calado y en las cuales uno debe dejar de mirarse el ombligo y pensar también en las personas que tiene alrededor.
Cada día tenemos mil ocasiones de mostrarnos amables, empáticos y responsables, y qué mejor que aprovecharlas al máximo.
Además, esas «pequeñas» acciones se van convirtiendo en un hábito para nosotros y nos van modelando el carácter y el comportamiento, y eso acaba transformándonos y transformando el mundo que nos rodea.
Así que la próxima vez que vayas a dejar el coche en cualquier lado, o que te sientes en el metro, piensa en si lo que estás haciendo está fastidiando a alguien a tu alrededor, toma conciencia de que no estás a solas en el mundo y ponte en los zapatos de quienes están a tu lado para comportarte de la mejor manera posible.