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El origen de la crisis explicado muy clarito

cachorro

Lo hace Ricardo Galli (el creador de meneame.net) en su blog. Copio&pego literalmente:

  • A. Mira qué bonito perro tengo, vale dos millones de euros.
  • B. Ostras, ¿cómo es que sabes que vale dos millones?
  • A. Porque lo cambié por dos gatos de un millón cada uno.
  • B. Ah, vale, es muy guapo, yo te lo compraría, pero no tengo para pagarlo.
  • A. Pues pide un préstamo, es un activo que vale dos millones.
  • B. Pero no puedo, no podría ni pagar las cuotas.
  • A. No importa, el prestamista sabe que si este perro hoy vale dos, en poco tiempo valdrá cinco. Así que pídele cuatro, me das dos, con ese dinero me pagas el perro, te quedas con dos para comprarte un Hummer y pagar las cuotas los primeros años. Luego si no te alcanza vendes el perro por los cinco que valdrá, le devuelves al prestamista lo que queda y todavía te sobrará dinero. En todo ese tiempo tendrás el perro y la pasarás de puta madre.


El prestamista le da a B cuatro millones de euros. B compra el perro a A, se quedan con dos millones cada uno, B se compra un Hummer y ambos se dedican a vivir bien gracias al “gran valor” de los perros y gatos.

Meses después todos se dan cuenta que las mascotas no pueden valer dos millones, sólo unos 1000 euros como máximo.

Resultado: El dinero no desapareció, lo tienen A y B, pero B ahora tiene serios problemas porque debe cuatro millones que nunca podrá pagar completamente porque sólo le queda menos de dos millones. En cambio A sigue con sus dos millones que nadie les quitará.

El problema es que posiblemente el prestamista esté casi arruinado por el negocio, eso lo sabemos, lo que nunca nos dirán es quiénes son los Aes de la historia :-)

La solución: Dar más dinero al prestamista así mantiene el negocio hasta que la gente crea que los perros valen otra vez dos millones y que seguirán subiendo.

El problema es que quizás nunca se vuelvan a creer que los perros valgan dos millones. En este caso el prestamista sobrevivirá con las ayudas, A seguirá viviendo bien, B morirá muy endeudado.

(La foto es de .klash)

Diez consejos personales para afrontar la crisis.

crisis

La crisis va tumbando una tras otra a grandes entidades financieras y parece que lo peor aún está por venir: paro como no se conocía desde los años 80, inflación, alza de los tipos de interés, restricción del crédito, la bolsa por los suelos, los pisos bajando de precio, etc, etc.

Desgraciadamente, con nuestra mentalidad de nuevos ricos, aún seguimos pensando que en realidad no pasa nada grave, que es un bache, que ya hemos vivido situaciones parecidas hace unos años y que no hay motivo para la alarma… nada más lejos de la realidad; todo apunta a que no hemos tenido una situación como esta desde el crack del 29, con la enorme diferencia de que en nuestro mundo globalizado, las crisis se extienden como una epidemia por todo el planeta en cuestión de meses.

Básicamente podemos adoptar cuatro actitudes frente a esta situación:

  1. Sucumbir al pánico y tirarnos por la ventana (real o figuradamente) ante el negrísimo panorama que se nos avecina.
  2. Permanecer en la ignorancia que nos lleve a la felicidad del momento presente y mañana dios dirá.
  3. Esperar a que el gobierno (el que sea) arregle la situación.
  4. Informarnos, estar atentos y tomar medidas dentro de nuestras posibilidades para que lo que tenga que venir nos pille lo más preparados que sea posible.

Si vas a adoptar cualquiera de las tres primeras, no te merece la pena seguir leyendo este post, pero si no es así, si prefieres optar por la cuarta, tomate unos minutos para leer lo que sigue a continuación.

(La foto es de Huanghiahui)

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Perplejidad

Perplejo

Empiezo advirtiendo al respetable de que soy firme partidario de la intervención pública en situaciones como la de AIG o las de Freddy Mac y tantas otras que se han producido y que se producirán en el futuro inmediato.

Las consecuencias de la no intervención no son la ruina para unos ejecutivos codiciosos e irresponsables o para unos cuantos especuladores desalmados (estos tienen las espaldas bien cubiertas), sino para miles y miles de ciudadanos inocentes, trabajadores, pequeños inversores, autónomos… no intervenir sería una irresponsabilidad enorme.

Lo que me deja absolutamente perplejo es que la evidencia que estamos viviendo y sufriendo de que este sistema económico no funciona de ninguna manera no esté provocando una auténtica revolución.

Tal y como yo lo veo, durante años lo que ha predicado la ortodoxia liberal y frente a lo que muy pocos han resistido es que cuanto mayor fuese la desregulación del sistema, cuanta más libertad se dejase a los actores financieros, cuanta menos intervención pública hubiese en los mercados, mayor iba a ser nuestro bienestar, más nos ibamo a enriquecer todos y más estábamos asegurando nuestro futuro.

En la última década con estas recetas, efectivamente Europa y EE.UU muy especialmente hemos vivido en la opulencia. Es cierto que los beneficios de las grandes empresas y de las entidades financieras eran escandalosos a todas luces; es cierto que las desigualdades con el resto del mundo iban en aumento; pero también nosotros nos estábamos haciendo ricos: nuestros pisos valían 5 veces más, podíamos irnos de vacaciones a cualquier parte del mundo, los Cayenne eran el coche de moda, restaurantes a tope, tiendas de lujo… el pleno empleo (empleo de mierda, la mayoría de las veces, pero empleo) estaba a la vuelta de la esquina… y el que dijera lo contrario era un aguafiestas.

En apenas un año descubrimos que todo era un montaje y que los pilares del sistema, los que nos guardan nuestros ahorros, los que nos aseguran el plan de pensiones, los que nos prestaban el dinero que ganaríamos en los próximos 50 años para que nos lo gastasemos alegremente cuanto antes, caen uno tras otro sin remedio.

Y el único remedio que nos queda es intervenir, porque al final, algo tan serio como nuestros ahorros, nuestras pensiones, nuestros seguros de vida… todo lo verdaderamente importante no puede estar al albur del mercado, porque el mercado sólo funciona cuando las cosas van bien, pero cuando van mal no hay más alternativa que intervenir.

Lo que está pasando debería provocar una auténtica revolución civil que fundase un nuevo sistema económico. Sí, ya se que suena a boutade, pero creo de verdad que no debieramos mirar todo esto como si fuese un fenómeno metereológico contra el que lo único que cabe es sacar el paragüas, el que lo tenga, y esperar a que escampe.

Un nuevo sistema que acote con claridad el ámbito en el que puede y debe funcionar el libre mercado y en el que no puede porque el riesgo es tan alto que sólo desde lo público se puede manejar. Un sistema que persiga la especulación y los movimientos financieros no productivos como si fuesen pecados capitales. Un sistema que ponga límites a lo que se puede hacer para elevar la cuenta de resultados de una empresa y lo que no. Un sistema que establezca «esto es demasiado serio como para jugarnoslo en el casino del mercado libre»

Alguien me acusará de intervencionista insoportable y trasnochado… JA! os digo yo: tan sólo soy un «intervencionista preventivo», porque a la vista está que cuando llega la hora de la verdad hasta el más liberal de los liberales se olvida del mercado y su sacrosanta libertad, así que ¿por qué esperar a intervenir cuando la situación es desesperada? Como finalmente habrá que hacerlo, hagámoslo desde el principio y al menos podremos hacer frente a las crisis con los beneficios de los ciclos de bonanza, en lugar de que de ellos sólo se aprovechen cuatro mangantes magnates de las finanzas.

(La foto es de Pepe Alfonso)

ACTUALIZACION: Aún hay quien quiere sacar tajada de todo esto y pide «un paréntesis a la economía de libre mercado» para que entre todos asumamos las pérdidas y a continuación «más liberalizaciones, más privatizaciones y pasar a la gestión privada los servicios públicos» Sí señor con dos coj…, cómo ya hemos demostrado de lo que somos capaces cuando nos dejan las manos libres en la banca, los seguros, y las finanzas, a ver hasta donde podemos hundir la sanidad, la educación , los transportes… empiezo a pasar de la perplejidad al cabreo más absoluto.

¿La madre de todas las crisis?

ON & OFF

Con la caída ayer de Lheman Brothers, el cuarto mayor banco de inversiones de EE.UU., la compra en el último momento de Merrill Lynch por el Bank of America, y la posible inminente caída de AIG, la mayor aseguradora norteamericana, ya hay quien habla claramente del fin de una era.

Hay quien sabe explicar mucho mejor que yo lo que está pasando, como mi amigo Marc, a quien os recomiendo leer sentados porque lo que cuenta pone los pelos de punta.

Yo como soy de letras me pierdo en la economía globalizada, pero hay algunas cuestiones que para mi están claras:

  • La liberalización salvaje de los mercados de capitales es un absoluto despropósito. Los especuladores no son capaces de autorregularse, evidentemente, van a obtener el máximo beneficio en el menor tiempo posible. O se le ponen límites y reglas al libre mercado o todo se viene al carajo.
  • Cuando llega el momento de la verdad, es evidente que el Estado no puede dejar hundirse al sistema porque hay muchísimas personas inocentes que saldrían perjudicadas. En consecuencia, si al final el Estado debe actuar de garante frente a los desmanes de los liberales, tiene todo el derecho y la obligación de poner mecanismos para evitar que los cometan.
  • La historia no ha acabado como clamaba Fukuyama. Con la caída del muro de Berlín cayó el sistema comunista de la URSS, y es posible que con esta crisis caiga el sistema ultraliberal de los EE.UU. Algo nuevo puede salir de todo esto.

Los datos macroeconómicos que leemos todos los días en la prensa son espeluznantes, pero aprovecho para contaros algunos «txaskarrillos» que son muy ilustrativos de la profundidad de la crisis:

  • Hay una entidad bancaria en el ámbito de la CAV que ha pasado de tener una persona dedicada a impagados a nada más y nada menos que un equipo de 15 personas!!!
  • Algún directivo de otra entidad bancaria de la CAV auguraba la desaparición de un 30% del sector financiero en nuestro entorno.
  • Se habla de 3 entidades bancarias, en concreto Cajas de Ahorro, españolas que están en situación crítica.
  • Otro directivo reconoce que durante años, han estado haciendo «pornografia financiera» y ahora están pagando las consecuencias.