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Una mirada con perspectiva

Desde la vuelta de vacaciones en septiembre están siendo unas semanas muy apropiadas para ejercitar la capacidad de distinguir lo que está en tu zona de control y lo que no (la famosa dicotomía del control) y sobre todo a mantener la serenidad frente a lo que está fuera de ella y a actuar sobre lo que está dentro.

Viéndolo ahora con un poco de perspectiva, has ido mejorando. Empezaste realmente mal, con mucha frustración y angustia porque las cosas no eran como tú querías, como tu habías imaginado… pero poco a poco has podido ir mejorando, evolucionando a poquitos, descubriendo y descubriéndote.

En ese camino te ha ayudado mucho revisar cada día lo que hacías, escribir en tu diario, pasar tiempo contigo mismo, reconocer tus errores y tus fracasos, pelear contra la autocompasión, agradecer el presente, acompañarte de buenas lecturas y de personas inspiradoras, hacer lo que tenías que hacer aún sin mucha motivación, incluidas conversaciones bien complicadas.

Y con todo ello has podido aprender, otra vez, algunas cosas interesantes que será bueno que no olvides, que seas capaz de mantener en tu comportamiento diario como que nada es tan malo como parece, que mucho depende de cómo vives lo que te sucede y que hay que mantener una cierta «indiferencia» frente a todo, que la vida nos puede poner pruebas tremendamente duras, de las que realmente desconocemos su verdadero final.

Has sufrido, has disfrutado, has decidido, has vivido y lo has hecho tomando conciencia en cada momento.

Miras atrás con serenidad y observas tu evolución.

Miras al futuro y sueñas con hacer realidad tus sueños.

El pasado ya no te daña, solo te enseña.

El futuro está por escribir, haz tu parte.

El presente es lo único que verdaderamente tienes, no lo pierdas!

El ruido de las cosas al caer

En las últimas semanas he leído varios libros de Juan Gabriel Vásquez, un escritor que me ha enamorado, y en uno de ellos que se titula «El ruido de las cosas al caer» hay un fragmento que me ha resultado especialmente inspirador y que tiene un trasfondo estoico muy refinado:

La edad adulta trae consigo la ilusión perniciosa del control, y acaso dependa de ella. Quiero decir que es ese espejismo de dominio sobre nuestra propia vida lo que nos permite sentirnos adultos, pues asociamos la adultez con la autonomía, el soberano derecho a determinar lo que va a sucedernos enseguida. El desengaño viene más pronto o más tarde, pero viene siempre, no falta a la cita, nunca lo ha hecho. Cuando llega lo recibimos sin demasiada sorpresa, pues nadie que viva lo suficiente puede sorprenderse de que su biografía haya sido moldeada por eventos lejanos, por voluntades ajenas, con poca o ninguna participación de sus propias decisiones. Esos largos procesos que acabarán por toparse con nuestra vida -a veces para darle el empujón que necesitaba, a veces para hacer estallar en pedazos nuestros planes más espléndidos- suelen estar ocultos como corrientes subterráneas, como meticulosos desplazamientos de las capas tectónicas, y cuando por fin se da el terremoto invocamos las palabras que hemos aprendido a usar para tranquilizarnos, accidente, casualidad, a veces destino. Ahora mismo hay una cadena de circunstancias, de errores culpables o de afortunadas decisiones, cuyas consecuencias me esperan a la vuelta de la esquina; y aunque lo sepa, aunque tenga la incómoda certeza de que esas cosas están pasando y me afectarán, no hay manera de que pueda anticiparme a ellas. Lidiar con sus efectos es todo lo que puedo hacer: reparar los daños, sacar el mayor provecho de los beneficios. Lo sabemos, lo sabemos bien; y sin embargo siempre da algo de pavor cuando alguien nos revela esa cadena que nos ha convertido en lo que somos, siempre desconcierta constatar, cuando es otra persona quien nos trae la revelación, el poco o ningún control que tenemos sobre nuestra experiencia.

Es una manera muy bella de escribir sobre la famosa dicotomía del control que está en la base del estoicismo y que Zenón de Citio explicaba con la siguiente metáfora:

Somos como un perro atado a una carreta tirada por dos grandes caballos percherones. La cuerda que lo une a la carreta es bastante larga como para que el perro pueda moverse con comodidad. Una vez que la carreta se pone en marcha, el perro puede luchar contra el movimiento, e intentar no avanzar, o puede comenzar a andar y aprovechar el margen que le proporciona la longitud de la cuerda para investigar los alrededores durante el camino.

En ambos casos, el perro acabará yendo a donde lo lleve la carreta. La diferencia es que si se resiste, sufrirá al verse arrastrado, pero si opta por pasear junto a ella, investigando el entorno alrededor, su viaje será mucho mas placentero.

Pues eso, deja ya de intentar detener la carreta y disfruta del camino por el que te lleva.

¿Acabará la IA con los techos de cristal?

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A propósito de esta «polémica» que ha habido estos días por muchas de las redes en las que me muevo, quería compartir una experiencia que me ha resultado cuando menos interesante.

Hace un par de semanas asistí al II Congreso de la Economía Social y Solidaria, y el ambiente era especialmente femenino: mayoría de asistentes, casi todas las ponentes eran mujeres, todo el mundo (hombres incluidos) hablaban constantemente en genero femenino…

En mi ámbito profesional, muy centrado en la industria, el ambiente es marcadamente masculino, vayas donde vayas siempre hay un montón de hombres y eso te hace sentirte muy cómodo.

En cambio aquí era justamente lo contrario, y he de decir que aunque sabía que era algo buscado, algo con lo que estoy plenamente de acuerdo, algo que me parecia bien… también me hizo sentir cierta incomodidad, como una menor identificación con el discurso y con las personas, como si me sintiese un poco excluido… será así cómo se sienten las mujeres habitualmente en los lugares en los que los hombres somos abrumadora mayoría?

Claro, esta sensación mía me duró un par de segundos, en un entorno en el que estaba totalmente cómodo, sabiendo que todo aquello era precisamente buscado en parte para generar una cierta reflexión. Pero si en estas condiciones tan suaves, pude sentir un poco de esa exclusión, cómo será sentir eso constantemente, en cada evento, en cada círculo, en cada lugar de trabajo (en la mayoría al menos)…?

La realidad es que aún hay muchísimos ámbitos, especialmente en el mundo empresarial, y en concreto en los niveles directivos, así como en los puestos de mayor visibilidad social, en los que los hombres somos mayoría abrumadora e incomprensiblemente.

Creo que esto se debe a que los hombres nos identificamos de manera natural e inconsciente más fácilmente con otros hombres que con las mujeres, y tendemos siempre a rodearnos de hombres cuando tenemos que seleccionar una nueva persona para nuestro equipo, cuando tenemos que ascender a alguien, etc. En la mayoría de los casos seguramente no se hace de manera consciente, y si preguntamos a los protagonistas, nos dirán que no tienen ninguna preferencia de antemano, que simplemente escogen a las personas más cualificadas, sean hombres o sean mujeres.

Y estoy seguro de que en la mayoría de los casos es así, creen de verdad que están haciendo una elección neutral, pero la realidad es que hay esos factores inconscientes que hacen que esa elección no sea neutral.

La prueba de esto es que en los ámbitos donde se produce una selección estrictamente objetiva, el número de mujeres es mucho mayor que donde la elección depende del criterio de otros hombres. Si comparamos la distribución por género de las personas que acceden a determinadas carreras universitarias, para las que el único requisito es tener una nota media determinada, veremos que efectivamente hay tantas mujeres como hombres. En este caso hay un criterio aboslutamente objetivo de selección de las personas más cualificadas, y ahí no existen diferencias de género.

Sin embargo, en los puestos directivos que ocupan esos mismos profesionales, que dependen normalmente de la elección de otros profesionales (en su mayoría hombres), se produce ese fenómeno del techo de cristal, esa barrera invisible que hace que las mujeres no lleguen a dichos puestos.

Por eso me parece fundamental que quienes creemos en la igualdad, y además creemos que la practicamos, seamos conscientes de que tendremos que «forzar» para vencer ese sesgo inconsciente que tenemos y que nos condiciona las decisiones.

O quizá la igualdad real venga cuando la selección de personas la hagan máquinas de inteligencia artificial sin nuestros sesgos ni prejuicios, solo con criterios realmente objetivos… veremos.

Propuestas para mejorar la Democracia (2)

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Hace 10 años escribí en este blog un artículo titulado «Propuestas para mejorar la Democracia» que sorprendentemente es el más visitado de todo el blog aún hoy en día.

Pasado todo este tiempo, ninguna de aquellas medidas que proponía se han puesto en práctica. Diez años después varios de aquellos temas son aún hoy tema de debate y contenido de posibles acuerdos de gobierno, pero siguen sin aplicarse.

En todo caso, visto que es un tema que despierta mucho interés, voy a actualizar el artículo con nuevas propuestas que imagino que dentro de 10 años tampoco estarán aplicadas, pero bueno, por soñar que no sea.

Transparencia: elemento fundamental del sistema político. Cualquier medida encaminada a eliminar zonas oscuras en las instituciones es buena de partida. A la inversa exactamente igual. Para mí lo ideal sería que las bases de datos de la administración fuesen públicas, y fuera la sociedad civil a través de sus asociaciones, empresas, particulares, etc, quienes hicieramos el trabajo de bucear en los datos, crear programas y apps de seguimiento y control, etc, etc. En esto hay gente como @alorza que tiene las ideas mucho más claras y concretas.

Descentralización: las instituciones que mejor funcionan, que están mejor valoradas y en las que hay más participación, son las que están más cerca de la ciudadanía siempre y cuando tengan un campo real de actuación y de gestión. Por eso, cuanto más se descentralice y se distribuyan las instituciones y su gestión, mucho mejor.

Participación: unido a las dos anteriores, facilitar la participación ciudadana, no solo a la hora de votar, si no a la hora de plantear los debates, las decisiones, etc. Utilizar con mucha más frecuencia la herramienta de la consulta popular, en sus diversas fórmulas, los presupuestos participativos, las tomas de decisiones participadas, la integración de los agentes sociales y civiles, etc. También es participación fortalecer los movimientos sociales y los movimientos civiles, dejandoles espacio de actuación y favoreciendo su desarrollo.

 

 

El elefante en la habitación (una aportación)

 

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Plantea Guillermo Dorronsoro en el último artículo de su blog la necesidad de abordar un problema al que identifica con el elefante en la habitación que todo el mundo pretende ignorar, pero que es evidente que está ahí:

Veo recaudaciones estancadas o decrecientes y gastos sociales crecientes. A pesar de los controles del déficit, la deuda pública sigue en aumento, para atender esas demandas (este tema se va a poner muy de moda con la aprobación de los próximos presupuestos del Estado). Y cada vez quedan menos recursos para las apuestas e inversiones públicas y público-privadas que podrían crear riqueza en el futuro (…)

Y si no invertimos en esas apuestas, la recaudación seguirá cayendo, y como los gastos sociales van a seguir creciendo (por razones demográficas), esta realidad se está convirtiendo en un círculo vicioso que nos conduce de manera inexorable al declive.

Coincido en que tenemos un elefante en la habitación, coincido en que parece que se confía en que el elefante se marche de la habitación por si mismo y sin hacer mucho estropicio, y coincido también en que de no hacer nada, lo más probable es que el dichoso elefante nos destroce la habitación y la casa entera.

Bien, y qué hacemos? De manera muy resumida, para no agotar al respetable, dejo a continuación algunas reflexiones sobre lo que se podría intentar hacer:

Lo primero me parece fundamental hacer un esfuerzo por conseguir que la economía de libre mercado recupere su legitimidad y recupere el fin para el que se creó y que fue el que la ciudadanía aceptó: procurar el progreso y la prosperidad del conjunto de la ciudadanía, presente y futura. Es falso que el capitalismo signifique solo buscar el máximo beneficio individual. Esta es una derivación perversa, una vuelta a la ley de la selva de la que la humanidad lleva varios siglos buscando la manera adecuada de escapar.

Hay datos objetivos para demostrar que jamas en la historia de la humanidad ha habido tantas personas viviendo tan bien como en la actualidad, y ese mérito se lo debemos al sistema de libre mercado, está claro. Pero también está claro que en los últimos tiempos, especialmente desde la caída del muro de Berlín, se ha producido una polarización creciente y cada vez hay más personas ricas y a la vez más personas pobres.

Esto pasa en todo el mundo, y en España la «crisis» ha servido de excusa para desarrollar políticas que están abundando en la brecha de la desigualdad, haciendo pagar la factura del festín a las clases más pobres, no a quienes disfrutaron del mismo, ni siquiera a las clases medias como se viene diciendo, sino directamente a las más desfavorecidas.

Un sistema económico que no sirve para que todos progresemos, unos más y otros menos, eso es admisible, pero sin dejar a nadie por el camino, es un sistema que nos devuelve al sálvese quien pueda, con todo lo que eso significa. Un sistema que ha perdido la legitimidad, tarde o temprano se derrumbará, por lo civil o por lo militar…

En consecuencia, desde mi punto de vista, lo primero de todo es consensuar que nuestro sistema económico tiene como objetivo esencial favorecer el progreso de todas las personas, ofreciéndoles oportunidades, protegiéndolas en las adversidades, favoreciendo su iniciativa y reduciendo las desigualdades sociales. Adela Cortina lo expresaba mucho mejor que yo en su lectio al recibir el doctorado honoris causa por la Universidad de Deusto.

Por cierto, resulta que esto es lo que dice nuestra propia Constitución del 78 en su preámbulo (las negritas son mías)

La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:

Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.

Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular.

Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.

Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.

Establecer una sociedad democrática avanzada, y

Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.

En consecuencia, las Cortes aprueban y el pueblo español ratifica la siguiente

CONSTITUCIÓN

A partir de ahí, sin apriorismos ideológicos, hay que empezar a construir la manera en la que afrontar los retos actuales y futuros, especialmente los siguientes:

El trabajo ya no es garantía de integración social: seguimos viviendo en la idea de que «la mejor política social es crear empleo» y esto ya no es verdad, y lo va a ser cada vez menos. Primero porque asistimos a un proceso de precarización y empobrecimiento de los trabajadores que debe ser revertido vía legislación, pero especialmente porque en el futuro la realidad es que no va a haber trabajo para todos el mundo tal y como lo entendemos ahora… la robotización, la automatización, el desarrollo de la inteligencia artificial, nos va a llevar en mucho menos tiempo del que pensamos a que nos «sobren» millones y millones de horas de trabajo de personas. En cierto modo vamos hacia la utopía de librarnos de la maldición bíblica del «ganaras el pan con el sudor de tu frente» porque las máquinas van a hacer la mayor parte del trabajo y entonces todo el sistema actual será inservible.

Vivimos en una economía basada en el consumo: las personas, gracias al trabajo que desarrollan, perciben una retribución y generan bienes y servicios que a su vez pueden consumir gracias a dicha retribución, y del consumo, del trabajo, del salario y de los beneficios de todo el ciclo, se nutre el procomún (lo público) vía impuestos. Si quitamos de la ecuación el trabajo, resulta que podemos producir lo mismo con las máquinas, pero ¿quien lo va a poder comprar si no hay trabajo ni salarios? ¿Qué impuestos se van a poder recaudar? ¿Cómo vamos a ser capaces de cumplir el objetivo de progreso y reducción de la desigualdad que nos habíamos planteado?

Habrá que ir trabajando seriamente cuestiones como la renta universal, la cotización a la seguridad social de los robots, la contribución al progreso social de las empresas vía impuestos y otros, la distribución de la renta desde su generación y no solo vía recaudación y política social…

Y tenemos que empezar ya, porque estos cambios que nos parecen aún hoy lejanísimos, se están produciendo a una velocidad exponencial, y ya sabemos lo que eso significa.

Un segundo enorme problema que debemos abordar es el del modelo de globalización que hemos desarrollado: es un modelo inservible porque solo beneficia al 0,01% de la población, un modelo que genera mega corporaciones cuyo objetivo último es justamente la eliminación del libre mercado sustituyéndolo por gigantescos monopolios trasnacionales que no se someten a ninguna normativa estatal, ni a ningún principio ético, que solo se deben a la consecución del máximo rendimiento económico en el menor tiempo posible, caiga quien tenga que caer. Es aterrador pensar lo que la inteligencia artificial (esa que ya se usa por ejemplo en bolsa y que varias veces ha provocado quiebras y situaciones de pánico generalizado) puede llegar a hacer cuando las decisiones en estas macro corporaciones ya no las tomen las personas, y nadie duda de que eso llegará.

Tercer gran cambio que tenemos que abordar: pinchar la burbuja de la economía financiera. La inmensa mayoría de los movimientos de dinero en el mundo no se deben al intercambio de bienes o servicios sino que son puros y simples movimientos financieros, compra venta del propio dinero. Esto es algo que se nos hace muy difícil de comprender. Creemos que el dinero es finito, que la deuda se produce porque alguien le presta a otro alguien el dinero que tiene, que el dinero se mueve porque hay que comprar y vender cosas. Y así era hasta hace unas pocas décadas, pero hoy ya no, hoy la principal mercancía que se compra y se vende es el propio dinero, la deuda y el mismo dinero se crean de la nada, y entre tanto la burbuja financiera crece y crece gracias a la desregulación y a la permisividad de quienes deberían atajar estos desmanes

En cuarto lugar, vamos a tener que afrontar el desafío de la integración cultural: los movimientos migratorios son consustanciales a la historia de la humanidad. Las personas se mueven en busca de paz y de prosperidad, y eso no hay muro ni valla que lo pare a largo plazo. Pero es que además resulta que algunas sociedades como la nuestra son incapaces de regenerarse demográficamente por sus propios medios, por lo que va a resultar inevitable integrar a personas provenientes de otros lugares del mundo.

Una integración que es una inestimable oportunidad: la innovación nace de la diversidad, de la mezcla, de la fusión, del pensamiento lateral, del mestizaje… todo eso nos lo pueden aportar personas de otros lugares del mundo, y debemos ser capaces de conjugar eso con nuestra propia identidad, con nuestras raíces y nuestra historia, con nuestra K de cultura.

Tras releerlo, tengo la sensación de haber tirado demasiado por elevación, pero creo que son cuestiones que necesitamos afrontar, y de las que hay que empezar a hablar muy seriamente.

Los 10 primeros pasos para que una organización se base (de verdad) en las personas

En semanas anteriores he compartido mi experiencia sobre QUÉ es una organización realmente basada en personas y también POR QUÉ una organización debe basarse en las personas.

También desde mi experiencia os cuento CÓMO iniciar el camino de crear o transformar una organización tradicional en una organización basada en las personas.

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1.- Qué me dicen las tripas? Esto es lo primero que hay que tener claro: las personas nos movemos por nuestras emociones no por las razones, nos movemos por el querer y no por el deber. El proceso de la acción se inicia con el sentir, le sigue el pensar y por último el hacer. Si lo que sentimos en las tripas cuando leemos, oimos o vemos lo que significa esto de las organizaciones basadas en personas, no nos mueve a la acción, mejor esperar

2.- Informarme, leer, ver, contrastar… Hay muchos ejemplos en los que mirarse. Nosotros en ner group tenemos un canal de video y en K2K editamos publicaciones que se pueden descargar libremente en las que contamos decenas de experiencias. Pero si indagáis, si preguntáis, seguro que encontrais más y más ejemplos diferentes, y cuanto más los conozcais, mejor

3.- Querer. Pero de verdad, decidirlo y ser consciente de que lo he decidido y de que realmente es lo que quiero.

4.-Compartir con las demás personas. Si trabajo con otras personas, no es suficiente con que yo quiera (independientemente del puesto que tenga en la organización, aunque sea el director o el dueño) Las demás personas también tienen que querer, por lo que habrá que conseguir que el resto también dé los pasos 1 y 2

5.- Decidir cambiar entre todos, formalmente, con la máxima legitimidad. Lo peor que podemos hacer es intentar avanzar hacia una organización basada en personas, empezando por ignorar a las propias personas. El cambio se hace desde el propio inicio, dando a cada persona la libertad y la responsabilidad de tomar una decisión formal y trascendental.

6.- Identificar la persona adecuada para liderar. Ya sea partiendo de cero o en un proceso de transformación, la construcción de una cultura alternativa a la imperante requiere de un liderazgo claro, reconocido, motivado y consistente. De lo contrario, el riesgo de acabar arrastrados por la corriente general es muy grande.

7.- Buscar a otros para hacer el viaje acompañado. La unión hace la fuerza, siempre, pero cuando quieres ir contra la corriente esto se convierte casi en imprescindible. Compartir y contrastar con otros, aprender de sus experiencias, aportar las propias, visibilizar a los compañeros de viaje, todo esto es necesario para este viaje.

8.- Ser consistentes. Lo más complicado de estos procesos no suelen ser los inicios, sino darle continuidad. Apuntarse al gimnasio no suele ser lo más dificil, lo complicado es luego ir de manera habitual. Como no puede ser de otro modo, nos van a surgir infinidad de dudas, problemas, obstáculos, pero no conseguiremos un cambio cultural profundo y duradero si nos venimos abajo a las primeras de cambio.

9.- Contrastar permanentemente con los valores que nos mueven. En esos momentos de dudas, de problemas que se nos presenten y para los que no tenemos a mano una solución, tenemos que echar siempre mano de nuestros valores de partida, de nuestra ética compartida, la que nos mueve y nos guía. Esto es clave pues de lo contrario, de manera inconsciente, tiraremos de las fórmulas imperantes.

10.- Disfrutar del camino porque no hay punto de llegada. Como escribía en el primer post que ha conseguido revivir este blog, se trata de un proceso verdaderamente transiberiano. No es un proceso para llegar a un sitio, no hay meta, no hay destino final, solo el camino, solo el proceso. En el camino tendremos sin duda éxitos, logros, momentos de celebración, pero no podemos plantar las tiendas, hay que seguir en movimiento porque una organización basada en personas en nómada por naturaleza

¿POR QUÉ diantres una organización debe basarse en las personas, y no en otras cosas?

La semana pasada escribía un post explicando, desde mi experiencia, QUÉ es una organización basada en personas.

Bien, despues de leerlo es posible que muchos hayais pensado, vale, está bien, es bonito, interesante, un punto utópico probablemente, pero vamos a ver, más allá del «policamentecorrectismo», realmente ¿POR QUÉ diantres una organización debe basarse en las personas, y no en otras cosas?

Tradicionalmente se suele dar un argumento que a mí, personalmente, no me gusta mucho ya que se basa únicamente en el utilitarismo (recordais lo que os contaba de las diferentes corrientes éticas?) y es la idea de que «vacas felices dan más leche», es decir, una organización debe basarse en las personas porque de ese modo sus personas serán más productivas y por tanto habrá más beneficios.

Para mí, el problema de que este sea el único argumento es ¿qué pasa si descubrimos que «vacas esclavas dan más leche»? ¿Entonces nos parecerá bien que se reinstaure la esclavitud? Vale, ya sé que lo llevo al extremo, pero el utilitarismo tiene claramente este problema.

Desde mi punto de vista hay tres argumentos complementarios que nos conducen a la necesidad de que las organizaciones estén basadas en personas:

1.- El argumento ÉTICO: las personas no somos cosas, no somos recursos humanos, no somos costes, no somos de usar y tirar… Las personas tenemos una dignidad y no podemos ser cosificadas y reducidas a mera mano de obra. Por pura ética, más allá del mero utilitarismo, debieramos tener clara la necesidad de que las organizaciones empresariales se comporten de acuerdo a esa dignidad que tenemos todos los seres humanos. Una dignidad por cierto, que reclamamos abiertamente en todos los demás ámbitos sociales y políticos, pero que parece que no cabe en la cultura organizacional tradicional.

2.- El argumento PRACTICO: tradicionalmente se ha entendido la organización empresarial excelente como aquella que tenía un buen producto, un amplio mercado y unos buenos medios productivos. Esta es una visión exclusivamente racional de la organización. Por ejemplo si pensamos en un bar donde se sirven las mejores copas y pintxos, que está en una buena zona de la ciudad, y que tiene un magnífico local, estamos pensando claramente en un bar de éxito asegurado… o quizá no.

Hay otra visión complementearia a la racional que es la que tiene que ver con los valores, con las emociones, con el compromiso y la implicación, con las relaciones personales, y que es tan importante como el anterior.

Si seguimos pensando en el mismo bar que antes comentába y le añadimos que los dueños son unos piratas que tratan de engañar a clientes, proveedores y empleados, que los camareros están todo el día a la gresca entre ellos delante de los clientes, que les importa poco lo que pasa en el bar y solo están pensando en acabar la jornada… quizá ya no tenemos tan claro que este bar vaya a ser un éxito.

Del mismo modo, tampoco podrá triunfar otro bar en el que tanto dueños como camareros están totalmente comprometidos, se llevan genial, son transparentes, responsables, amables, etc, etc, pero resulta que el bar está en una zona innaccesible, en un local espantoso y donde el producto que se sirve es muy malo.

hemisferios

La adecuada combinación de los dos hemisferios de la organización tendrá como resultado la satisfacción del cliente, la eficiencia y por lo tanto los resultados económicos. Es decir, el éxito duradero es una consecuencia de la combinación de ambos hemisferios no solo del racional como suele ser lo habitual. Lo que sucede es que el otro hemisferio no se puede activar adecuadamente en la organización tradicional ya que dicha organización está expresamente diseñada para centrarse única y exclusivamente en la parte racional, y por lo tanto, para poder activarlo, tenemos necesariamente que basar la organización en las personas, que son quienes pueden aportar los valores, el compromiso, la creatividad, y las buenas relaciones internas

3.- El argumento EMPIRICO: el tercer argumento efectivamente es el utilitarista, el de que la experiencia y los ejemplos demuestran que las organizaciones que se transforman hacia un estilo basado en las personas, obtienen a medio y largo plazo un éxito creciente, entendiendo dicho éxito desde el punto de vista económico financiero. Una organización basada en las personas no está exenta de problemas y dificultades, obviamente, pero sí que tiene muchas más habilidades para sortearlos que una tradicional, y ahí reside su fortaleza

Probablemente ninguno de estos tres argumentos por sí solos serían suficientes para responder a la pregunta de por qué una organización debe estar basada en las personas, pero la combinación de los tres, creo que resuelve de manera meridiana este dilema.

El problema son los partidos

Brandenburger Tor

Brandenburger Tor

Más concretamente, el problema es la opacidad y la acumulación de poder de los aparatos de los partidos políticos, y me explico.

Nuestra constitución consagra en su artículo 6 a los partidos políticos como «instrumento fundamental de la participación política» y sobre los cuales únicamente se especifica que «Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos»

A pesar de que la propia Constitución establece en su artículo 23.1 que «Los ciudadanos tiene el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes«, lo cierto es que la única vía real de participación de la ciudadanía en la cosa pública es a través de los partidos ya que no se han establecido mecanismos efectivos de participación directa, salvo dos que teoricamente están contemplados en nuestro sistema pero que en la práctica han tenido un resultado nulo, y me refiero al referendum (tras la aprobación de la Constitución se han celebrado únicamente dos, uno para la entrada en la OTAN y otro para la ratificación de la Constitución Europea) y a la Iniciativa Legislativa Popular (mecanismo tan complejo del que se han iniciado en 30 años 66 procedimientos de los que tan sólo 9 consiguieron los requisitos legales y de estos sólo uno logró ser aprobado)

Es cierto que en los últimos años se han desarrollado interesantes iniciativas de participación ciudadana especialmente a nivel local, pero desgraciadamente se trata de mecanismos aislados, no sistemáticos y desconectados entre sí, más parecidos a pruebas piloto que a desarrollos de alcance, aunque siempre hay honrosas excepciones.

En definitiva, en nuestro sistema actual la paticipación de la ciudadanía en la gestión pública se hace prácticamente en exclusiva mediante representantes, los cuales son designados mediante elecciones en las que la ciudadanía tiene la capacidad de elegir entre diferentes opciones, diferentes listas de nombres, las cuales a su vez son decididas por los partidos políticos. Es decir, son los partidos los que deciden quién puede ser susceptible de ser elegido por la ciudadanía, y además la ciudadanía no tiene ninguna posibilidad de modificar esa decisión de los partidos ya que las listas son cerradas por lo que deben votarse al completo.

Son los partidos, y en concreto sus estructuras de poder interno, lo que se suele denominar el «aparato», quienes deciden quién se presenta a las elecciones y en qué puesto con lo que la capacidad de decisión de la ciudadanía queda totalmente limitada al igual que la propia libertad del candidato que debe su elección, en primer lugar, al «aparato» y sólo en segunda instancia a la ciudadanía. Esto concede un poder inmenso a un grupo muy reducido de personas que son quienes de verdad controlan quién sale finalmente elegido y quién no.

¿Qué medidas habrían de adoptarse para dar un vuelco radical a la situación? Aquí propongo algunas:

  1. Elecciones con listas abiertas de manera que se limite el poder de los partidos a la hora de decidir quien sale elegido y quien no.
  2. Adopción de la CCAA como circunscripción única en elecciones generales y autonómicas de manera que el resultado sea más ajustado al principio de una persona un voto.
  3. Limitación en la permanencia en el cargo: dos mandatos es suficiente para cualquiera y hay que evitar a toda costa la profesionalización del político. La política no es una profesión, es un servicio a la comunidad y como tal ha de ser temporal.
  4. Posibilidad de someter a consulta la legislación aprobada en el Parlamento cuando lo solicite un % de la población.
  5. Reducción del nº de firmas necesarias para la Iniciativa Legislativa Popular y obligación de admitirla a trámite y debatirla.
  6. Transparencia absoluta de los partidos y en especial de sus cuentas: hacer los ingresos públicos tanto de instituciones como de privados y los gastos igualmente públicos.
  7. Auditoría externa real de las cuentas de los partidos: lo que hace ahora el Tribunal de Cuentas es de risa: lo nombran los propios partidos, audita con cinco años o más de retraso, y sólo entra en los papeles que le dan los partidos
  8. Transparencia total de los procesos de contratación de las administraciones públicas.
  9. Control real de la evolución del patrimonio de los cargos públicos.
  10. Dotación de medios suficientes a los jueces y tribunales para la investigación de los casos de corrupción política.

Mi análisis de Irekia

Esta semana se ha presentado la plataforma Irekia con la que el Gobierno Vasco quiere fomentar la participación ciudadana, la transparencia de su gestión y la apertura de la información pública.

Siempre he sido defensor de la utilización pública de las herramientas que ofrece la web 2.0, especialmente si se hace con sinceridad y honestidad, lo que implica necesariamente aplicar los valores que sustentan esas herramientas (tomando los del modelo OJO de Alorza: prosumo, inteligencia colectiva, beta perpetua, simplicidad de uso, long tail, copyleft…) también a la actividad 1.0

Por poner un ejemplo gráfico, sencillo y totalmente ficticio que yo sepa: no sería coherente utilizar un blog o similar para que quien quiera pueda comentar una rueda de prensa en la que no se han permitido preguntas de los periodistas asistentes.

Digo todo esto porque soy de los que piensa que la web 2.0 es tan sólo un conjunto de herramientas que puede facilitar la participación, la transparencia, etc, pero que hay muchisimas otras a las que no puede ni debe sustituir. No se puede decir que con instrumentos de este tipo ya está cubierta toda la participación de la ciudadanía.

Por el contrario, la apuesta por este camino debe ser un paso más dentro de todo un conjunto de acciones encaminadas a devolver a la ciudadanía la posibilidad y la ilusión por participar en los asuntos de la comunidad, por mojarse y decidir, en definitiva por desarrollarse plenamente como ciudadanos libres, críticos y proactivos.

Dicho todo esto, aplaudo la iniciativa del Gobierno Vasco con la puesta en marcha de Irekia ya que es un paso en la buena dirección, un paso audaz porque avanzan por un camino poco explorado y se perderán muchas veces, se equivocarán, meterán la pata y habrá quién esté presto a saltar sobre la yugular al olor de la presa fácil, pero como dice mi amigo Roberto, y como se asume de manera general cuando hablamos de innovación, quién innova debe tener el derecho a equivocarse, a errar y a rectificar, porque sólo si damos oportunidades al error habrá alguién dispuesto a arriesgarse a explorar nuevos caminos.

Entrando en materia y con el único ánimo de colaborar en esa «beta permanente» de la que hablábamos antes, os cuento lo que me está pareciendo Irekia, después de varios días de uso:

– La página de inicio tiene dos partes diferenciadas, una azul que es la que corresponde propiamente a Irekia y otra rosada que corresponde a la Comunidad de Innovadores de Innobasque. Esto está generando mucha confusión (yo mismo no me he aclarado hasta pasados varios días) pues parece que es todo lo mismo pero no, son dos ámbitos que tienen dinámicas diferentes.

– En lo que es propiamente Irekia, encontramos varias pestañas en las que podemos acceder a noticias difundidas por el Gobierno con su correspondiente documentación audiovisual. Estas noticias se pueden comentar como si de un blog se tratase, y en los pocos días que lleva funcionando ya ha servido para que se saque alguna pata que se había metido. En principio esto no tiene mucha novedad, la posibilidad de comentar noticias está hoy hiperextendida por toda la red y si el Gobierno quiere saber la opinión de la gente sobre lo que hace o dice tiene mil y un medios, blogs, foros, etc a los que escuchar sin necesidad de abrir su propio canal, pero tampoco está de más.

– Además de las noticias, tenemos otra pestaña con una agenda de eventos en la que podemos conocer qué actos celebran los distintos Departamentos del Gobierno (ruedas de prensa, inauguraciones, etc) Podemos obtener información del acto, quién asistirá del Gobierno, su localización en Googlemaps y poco más. Tampoco podemos decir que esto sea demasiado novedoso, la verdad.

– Disponemos también de otra pestaña denominada multimedia, donde encontramos material audiovisual con iniciativas del Gobierno, ruedas de prensa, etc. Todos ellos comentables. De nuevo estamos ante una herramienta poco novedosa y que no aporta demasiado a la participación ciudadana; en todo caso será útil para el Gobierno a la hora de trasladar sus iniciativas directamente sin pasar por los medios.

– Por último tenemos la pestaña de redes y blogs, donde podemos acceder a las cuentas de Twitter y Facebook de los Departamentos que las tienen, a 6 blogs del Gobierno y a lo que en Twitter se está comentando sobre Irekia. De nuevo es algo que está bien, pero no añade prácticamente nada a lo que ya teníamos, simplemente que ahora está todo agregado en un mismo sitio.

Y en lo que es propiamente Irekia, no hay nada más… Sí, yo también estoy sorprendido y he buscado y rebuscado, he mirado en el mapa del web a ver si es mi torpeza la que me estaba impidiendo ver el resto, pero es que no hay más que esto: un montón de información, especialmente notas de prensa, videos, etc, que se puede comentar y acceso a los blogs, twitter y facebook de los distintos Departamentos.

En la página principal de Irekia tenemos también un apartado que corresponde a la Comunidad de Innovadores de Innobasque, que según parece es el ámbito al que se ha derivado lo que entendemos todos por participación ciudadana, la capacidad de opinar e incluso decidir sobre las propuestas del Gobierno, y la posibilidad de plantear iniciativas que sean debatidas y tenidas en consideración por dicho Gobierno.

Esto es un tanto sorprendente, el hecho de que el ámbito más propio de la participación ciudadana en la actividad del Gobierno esté en Innobasque, que no olvidemos, es una asociación privada.

En todo caso, en este apartado de la Comunidad Vasca de Innovadores (detalle menor, pero a estas alturas seguir con problemas de género en el lenguaje en iniciativas de este tipo es también sorprendente) tenemos las herramientas que a mi juicio son más interesantes:

– Cada persona dispone de su propio perfil en la Comunidad (aquí el mío), con su foto, su actividad, sus eventos, videos, documentación, etc, etc, y la posibilidad de hacerse «amigo» de otros miembros de la comunidad. Todo muy parecido a redes sociales tipo Facebook o LinkedIn.

– Se pueden crear Grupos, sobre temas específicos y de hecho el Gobierno tiene un grupo llamado también Irekia donde se supone que va a ir presentando sus iniciativas para que sean debatidas por la comunidad y se reciban las aportaciones oportunas. Sin duda yo estoy dentro del colectivo de usuarios avanzados de redes sociales y demás herramientas de la web 2.0 y me ha costado tres días darme cuenta de cómo está montando el sistema, lo cual no es muy compatible con uno de los principios básicos que comentábamos al principio de la simplicidad de uso.

– En el Grupo Irekia de la Comunidad Vasca de Innovadores, podemos encontrar hasta la fecha tres iniciativas sometidas a debate (sobre la Ley del Tabaco, sobre la propia Irekia y sobre el Open Data). Cada una de estas iniciativas tiene a su vez un grupo, dentro del cual hay subgrupos donde se puede debatir, documentación, propuestas de normativa, etc. Ya se que esto no lleva ni una semana en marcha pero el hecho de que de más de 600 miembros que tiene la Comunidad de Innovadores, este grupo de debate sobre la Ley del Tabaco sólo tenga 5 miembros y ni un sólo comentario de ningún tipo me parece que es sintomático de lo enrevesado del sistema.

– Además de lo anterior, dentro del Grupo de Irekia se pueden plantear propuestas de mejora de la propia herramienta Irekia: se pueden ir dejando comentarios en una página habilitada al efecto y cada comentario se puede «votar». Ahora mismo hay media docena de propuestas, pero cuando haya 50 no veo cómo se va a manejar esto, cómo se le contesta a la gente que ha hecho sus propuestas si se están debatiendo, si se van a estimar o no y por qué… en fin la intención parece buena, pero los medios no acompañan.

– Por último, cualquiera puede lanzar ideas o retos que otros miembros de la comunidad pueden votar y comentar, pero a partir de ahí, qué? Yo por ejemplo he lanzado una idea; la gente la está votando, la está comentando… ¿y? No se muy bien a quién he lanzado la idea, si al Gobierno, si a la Comunidad de Innovadores; no se si alguien la va a atender o no, si alguien la va a contestar o no, aunque sea para decir que no le gusta y que de eso nada.

– Además de esto, la Comunidad de Innovadores tiene otras herramientas específicas del ambito de la innovación (trabajo 2.0, innovapedia, etc) que no vienen al caso.

Resumiendo (sí, ya se que ya iba siendo hora) la idea me parece buena y creo que es un camino por el que hay que seguir avanzando; la herramienta es muy compleja, tiene mucho Twitter y mucho Facebook y cada noticia se puede enviar a veinte redes sociales, pero para la participación real, para poder interactuar de verdad con el Gobierno hay poco o ningún espacio por el momento: cuando se lanzan ideas, propuestas o debates, es imprescindible saber si hay alguien al otro lado, quién es y qué va a hacer con esas ideas, propuestas y debates. Yo esto es lo que creo que debiera corregirse de manera más urgente e inmediata, empezando por separar lo que es la Comunidad Vasca de Innovadores con lo que es la participación y el debate con el Gobierno Vasco, que son cosas bien distintas y al mezclarlas solo se consigue confusión.

El cierre de Egunkaria y el cierre de webs

Libre! Apoyo a Egunkaria

Ahora que la indignación corre por la red a cuenta de la posibilidad de cierre de webs planteada por el Gobierno de Zapatero, indignación a la que me uno y que ya comenté anteriormente en este blog, no puedo dejar de acordarme de un caso terrible de atentado contra la libertad de expresión ocurrido hace ya 7 años y que aún no se ha resuelto judicialmente.

Me refiero al cierre del periódico Egunkaría que tras producirse en febrero de 2003 de manera preventiva y provisional por orden de un juez de la Audiencia Nacional (curiosamente la misma que se encargará del cierre de webs), siete años después y con 5 denuncias de torturas, el encarcelamiento durante meses de reconocidas figuras de la cultura vasca, y la petición de archivo por parte de la fiscalía, el caso aún no se ha resuelto, aunque ya poco importa porque Egunkaía ya nunca podrá volver a editarse ni se podrá repararar el daño físico y moral inflingido a los encausados, a los trabajadores, a los lectores…

Si algo parecido hubiera sucedido con una página web el incendio de la red hubiera sido de proporciones bíblicas… pero ante un periodico en euskera y unos vascos acusados de colaborar con ETA, muchos han pensado que mejor no mojarse que cuando el río suena… Es curioso que aquella enorme inmoralidad que se cometía con los asesinados por ETA en los años 70 y 80 cuando mucha gente pensaba «si le han matado seguro que algo habrá hecho», ahora se da justo en el sentido contrario y en el fondo mucha gente piensa, «si cerraron Egunkaria, si les detuvieron, si les torturaron, si les encarcelaron, seguro que algo habrán hecho…»

Espero que finalmente el juicio finiquite este tema y el nombre de Egunkaria y sus directivos, trabajadores y lectores quede limpio por fin, aunque el inmenso daño padecido ya no tenga reparación posible.