Archivo de la etiqueta: estoicismo

66 post después

Hoy es el último jueves del año 2021

El 6 de marzo me comprometí conmigo mismo a escribir aquí dos post semanales y me siento contento y orgulloso de haber cumplido mi compromiso.

Han sido 66 post sobre autoconocimiento, desarrollo personal y estoicismo que me han servido como herramienta de reflexión y me han permitido evolucionar personalmente en un año bastante complicado.

Echo la vista atrás y siento el profundo avance que he conseguido en este tiempo, gracias en parte al compromiso de escribir en este blog.

Escribir aquí me ha «obligado» a reflexionar, a leer, a conversar, a escuchar, a preguntar y a responder, a sincerarme conmigo mismo y con otras personas, a revisarme, a perdonarme, a darme nuevas oportunidades…

Fruto de todo ello me conozco mejor, me quiero más, he adquiridos hábitos y comportamientos diferentes, he moderado algunos de mis defectos y he potenciado algunas de mis virtudes, he tomado con serenidad y valentía decisiones importantes para mi vida… en definitiva he trabajado duro para mi crecimiento y desarrollo interior, lo cual, como a mi querido Epicteto, es algo que he descubierto que me hace especialmente feliz.

Mientras que una persona disfruta mejorar su granja y otra su caballo, yo disfruto mejorarme a mí mismo a diario.

Epicteto

Además de lo anterior, estos 66 post han tenido a lo largo del año una media de 150 lecturas. Me emociona pensar que quizá a algunas personas estas reflexiones le hayan servido para hacer las suyas propias. Si así ha sido, me siento doblemente feliz.

También siento un profundo agradecimiento por todos vuestros comentarios tanto de quienes los habéis hecho en este blog como de quienes me los habéis trasladado directamente porque conversar era uno de los objetivos del blog.

Este será el último post de esta etapa. En 2022 seguiré escribiendo mi diario, pero no seguiré publicando aquí. Lo he meditado mucho estos días y creo que mi evolución requiere otras cosas.

Os deseo lo mejor.

Os deseo sabiduría, serenidad y coraje.

Mientras vivas, sigue aprendiendo a vivir.

Séneca

Releyendo mi diario

Mis diarios personales

Uno de los muchos beneficios que tiene escribir un diario es poder releerlo de vez en cuando y tomar perspectiva de la evolución personal. Es un poco como cuando abres el álbum de fotos y vas recorriendo y recordando los momentos y te das cuenta de cómo la vida ha ido fluyendo.

Estos días releyendo algunos pasajes de mi diario, me encontraba con algunas ideas y frases que me han resonado especialmente apropiadas en este momento:

Haz lo mejor posible con honestidad y cariño, y el resultado que se produzca será siempre el adecuado, incluso si no es el que buscabas.

Si hoy no te apetece seguir tu rutina o un hábito que te hace bien, sigue solo por hoy, y piensa que ya mañana te tomarás un descanso.

Si algo te hace bien, sigue haciéndolo solo por hoy, ya dejarás de hacerlo mañana. Y si algo te hace mal pero te apetece mucho, no lo hagas hoy, empieza mejor mañana.

Tengo la sensación como de «tener derecho» de vez en cuando a tomarme un «descanso de la vida». Decía Marco Aurelio que la vida es más como una lucha que como un baile. En cualquiera de ambos casos necesitas descansar de vez en cuando de la vida, de la rutina, de las responsabilidades, poder decir algunas veces, hoy no estoy para nada ni para nadie, solo para mí.

Me angustia el futuro, este es mi punto débil, y me cuesta muchísimo no planificar lo que tengo por delante, tenerlo controlado, medido y organizado. Y entonces es cuando me estreso y me agobio porque además no puedo hacer nada ahora, solo puedo hacer cuando lleguen las cosas.

Eres dueño de tus emociones. Eres tú quien permite que otros entren en ellas y las revuelvan. Si no quieres, no les dejes entrar.

Releer estas reflexiones me ayuda a asentarlas, a profundizar en ellas, a enriquecerlas con la experiencia vivida entre el momento que las escribí y el momento actual.

Sosegar la conversación interior

Photo by meo on Pexels.com

Según algunos estudios, tenemos unos 60.000 pensamientos al día, y la mayoría de ellos son negativos, repetitivos y del pasado.

Muchos de esos pensamientos son «conversaciones» interiores que tenemos con nosotros mismos o con otras personas sobre hechos del pasado o del futuro. Conversaciones sobre cosas que le tenía que haber dicho a alguien, o que me dijo y yo le dije, o conversaciones no resueltas, o palabras que me hirieron y a las que ahora respondo en mi interior…

En otras ocasiones son conversaciones que aún no han sucedido pero que ya las voy anticipando en mi mente, y las repito una y otra vez y yo digo, y entonces me responde tal cosa, y yo le digo tal otra…

Esto es algo que hacemos todas las personas de manera inconsciente, pero que podemos aprender a dominar y a utilizar para nuestro beneficio.

Recordar el pasado tiene sentido para revisarlo, aprender, perdonarse por los errores, agradecer los éxitos y echar el cierre a las cosas.

Cada día defiendo mi caso ante mi propio tribunal. Cuando la luz se apaga y mi esposa se ha retirado, conocedora de mi hábito, examino mi día completo y reviso lo que he hecho y dicho, sin esconderme nada.

SÉNECA

Imaginar el futuro es una fuerza muy poderosa de nuestra voluntad que nos ayuda a vivir el presente de manera consciente y enfocados hacia nuestro propósito

Entrégate por completo a tu propósito. Decide construir tu carácter a través de buenas acciones y comprométete a pagar el precio de perseguir objetivos dignos. Los desafíos que enfrentarás te harán conocer tus fortalezas.

EPICTETO

Pero hay que tener mucho cuidado de no dejarse atrapar por el dolor del pasado ni por el miedo al futuro, que son las dos grandes trampas de nuestra conversación interna.

La capacidad de visualizar el futuro, una de las mayores bendiciones humanas, se transforma a menudo en maldición. Los animales salvajes escapan de los peligros cuando los ven, y una vez a salvo dejan de preocuparse. Los humanos nos atormentamos por lo pasado y por lo que está por venir. Nadie que se centre en el presente será infeliz.

SÉNECA

Toma consciencia de tu conversación interna para aprender del pasado, soñar el futuro y vivir en presente.

Pronto nada será lo que parece

No se puede vivir felizmente siendo esclavo de las opiniones ajenas. La filosofía estoica nos enseña a ser independientes y a valorar lo que tenemos, en lugar de estar siempre buscando más y más. Esto nos ayuda a ser felices aunque la sociedad nos presione a consumir y a competir. La felicidad no se encuentra en las cosas materiales, sino en la serenidad de nuestra propia mente.

La filosofía estoica nos enseña a ser equilibrados y a no dejarnos llevar por las emociones. Esto nos permite ser fuertes frente a la presión de la sociedad y resistirnos a las tentaciones de la vida consumista. La serenidad y la autoconfianza son las claves para ser felices en un mundo tan competitivo y materialista. La filosofía estoica nos enseña a buscar la armonía interior, aunque el mundo exterior sea caótico. Esto nos ayuda a estar centrados y a ser fuertes frente a las dificultades. Nos enseña a ser pacientes y a no dejarnos llevar por la ira o el resentimiento.

La filosofía estoica nos ayuda a ser más sabios y a tomar decisiones acertadas en medio de la confusión. En un mundo en el que todo se mueve tan rápido, es importante aprender a ser serenos y a no dejarnos arrastrar por las corrientes. La filosofía estoica nos enseña a ser prudentes y a no caer en las trampas de la vida consumista. Nos enseña a ser responsables y a no buscar la felicidad en las cosas materiales. La felicidad es un estado interno, y no se puede alcanzar siendo esclavos de las opiniones ajenas.

La filosofía estoica es una buena guía para vivir en una sociedad que nos presiona a consumir y a competir. Es una filosofía que nos enseña a ser independientes, equilibrados y serenos. Nos enseña a buscar la armonía interior, aunque el mundo exterior sea caótico. La filosofía estoica es una buena guía para ser felices en un mundo tan competitivo y materialista.


PD: este post lo ha escrito íntegramente una api de IA, en concreto GPT-3, a partir de la siguiente instrucción que le he dado: «Escribe un texto sobre la filosofía estoica aplicada al mundo actual, en especial teniendo en cuenta la presión a la que nos somete la sociedad consumista y capitalista» ¿Cómo te quedas? Yo literalmente con la boca abierta.

PD2: y la foto de ese lugar tan espectacular… pues no existe y también lo he generado yo en dos minutos con otra IA increíble que se llama Gaugan-2.

PD3: ambas herramientas son tan increíbles como sencillas de usar. Lo que nos depara el futuro es realmente alucinante… veremos si conseguimos que sea «para bien»

Bielsa es mi Zenon

Marcelo Bielsa en su época de entrenador del Athletic de Bilbao

Una herramienta que nos proponen nuestros amigos estoicos es tomar alguna persona o personas de referencia y que nos sirvan como inspiración y también como recordatorio.

Alguien que pueda personificar para ti todo aquello a lo que aspiras, que se comporte como a ti te gustaría comportarte y que con su «presencia» te ayuda a mejorar y te recuerda cómo hacer las cosas, y te guía en la incertidumbre.

Una persona a la que conozcas lo suficiente como para saber que puedes identificarla con aquellos valores y prácticas que deseas cultivar, pero de la que no sabes tanto como para perderte con sus defectos y fallas, que sin duda los tendrá.

Una persona a la que «idealizar» en el buen sentido, que nos sirva de medida, de ideal (siendo conscientes de que en realidad esa persona no es la real, sino una imagen purificada que nos hemos hecho), y que por se ideal precisamente nos resulta de utilidad para el camino. Es nuestra estrella polar, que nos guía pero a la que nunca llegamos por mucho que avancemos.

Cuando te enfrentes a cualquier situación, pregúntate qué hubieran hecho Sócrates o Zenón, y sabrás cómo actuar. EPICTETO

Elige alguien cuya forma de vida quieras emular. Tenlo siempre presente como un ejemplo a seguir. Necesitamos un estándar contra el que medirnos, alguien recto que pueda enderezar al torcido. SÉNECA

No podemos elegir a nuestros padres, porque los asigna el destino. Pero podemos elegir de quienes queremos ser hijos. SÉNECA

Para mí esa persona es el grandísimo entrenador Marcelo «el Loco» Bielsa, a quien ya he mencionado en alguna ocasión antes en el blog.

No le conozco personalmente, solo por sus declaraciones, por sus actuaciones, por libros, documentales y entrevistas. Como cualquier persona tendrá un millón de defectos y seguro que si lo conociera personalmente no me serviría de referente precisamente por eso, pero su imagen idealizada me resulta muy útil porque me ayuda, porque mi imagino qué haría «el Loco» ante las situaciones en en las que yo me voy encontrando.

Y obviamente soy yo quien se inventa la respuesta, pero al personalizarla en él, me ayuda a concretarla y a desarrollarla. Y muchas de sus palabras y actuaciones son auténticamente inspiradoras para mí, aunque obviamente no eran su original propósito.

Solo un ejemplo de cómo con su conducta y su forma de actuar me sirve (intuyo que a muchas más personas) de referente:

En 2019 estaba entrenando al Leeds, equipo de la segunda división inglesa. En un partido trascendental en el que la victoria le daba la posibilidad de ascender directamente a la primera división, su equipo marcó un gol que le ponía por delante en el marcador a falta de menos de veinte minutos para finalizar el partido. Pero el gol estuvo precedido de una jugada en la que su equipo debió haber parado el juego y, aunque el gol fue totalmente «legal» no fue «justo».

Bielsa hizo una aplicación brutal del valor del «coraje» (hacer lo correcto independientemente de las consecuencias) e indicó a su equipo que debía dejarse meter un gol para poner la situación en el mismo punto anterior… algo increíble. El partido acabó en empate perjudicando gravemente las posibilidades de ascenso del equipo (de hecho no pudo ascender hasta la siguiente temporada), pero hicieron lo correcto, y eso era más importante que cualquier otra cosa para Bielsa.

Pide ayuda si lo necesitas

Photo by Samantha Garrote on Pexels.com

A veces pasar más tiempo contigo mismo o poner en claro tus ideas a través de un diario no son herramientas suficientes para ayudarte en tu autoconocimiento y tu mejora personal.

Compartir con alguien tus «cuitas», tus pensamientos, es una herramienta muy valiosa también.

Una conversación con alguien que te quiere, alguien de tu familia o una amistad, puede ser muy reveladora y sanadora. Porque al verbalizar los pensamientos, lo materializamos y muchas veces solo con eso pierden buena parte de su poder negativo.

En otras ocasiones, la conversación nos ayuda a buscar otro punto de vista diferente, una perspectiva de la que no nos habíamos percatado.

Cultivar relaciones que te puedan aportar esta posibilidad en un momento dado es una labor muy importante en tu vida. Haz recuento mental de a cuantas personas podrías pedir que te escucharan durante una hora y que te pudieran dar contraste valioso…

Y por otro lado, has de tener la disposición para hacer lo mismo con otras personas, siendo tu en este caso quien sirva de contraste y de ayuda cuando lo necesiten. No solo es pedir, también es dar.

No siempre es fácil dejarse ayudar, aconsejar, contrastar. Necesitas un poco de humildad y dejar tu ego a un lado por un tiempo, y abrir tu mente, y escuchar, no solo hablar, y todo ello es complicado cuando estás en una situación de preocupación o de angustia.

Pero los beneficios son abrumadores y conocidos.

No te avergüences de pedir ayuda. Como un soldado atacando una muralla tienes una misión que lograr. ¡Y qué si te han herido y necesitas apoyarte en un compañero! MARCO AURELIO

Importa mucho más lo que tú piensas de ti que lo que piensan de ti los demás (pero tu cerebro no lo sabe)

Photo by SHVETS production on Pexels.com

Una de las características que más han contribuido a la espectacular evolución del ser humano ha sido su capacidad de colaborar a gran escala con otros seres humanos más allá de su círculo próximo familia o de grupo de confianza. Esto es algo realmente difícil de apreciar en ninguna otra especie, incluidas las más similares como primates.

El «gen social» que llevamos dentro está dirigido por la parte más antigua de nuestro cerebro, producto de dos millones de años de desarrollo (dos millones de años!!!) y que durante todo ese tiempo se ocupó de que llegásemos vivos al día siguiente, nada más y nada menos. Si bien la teoría del «cerebro reptiliano» ha caído en desuso, es cierto que en nuestro sistema cerebral operan aún, como no puede ser de otro modo, mecanismos que en nuestro entorno actual carecen de sentido pero que han sido esenciales para nuestra supervivencia durante el 99,5% del tiempo de existencia de la humanidad.

Y una de las elementos que evalúa constantemente ese mecanismo profundo es cómo estamos de integrados en nuestro grupo social. Por que desde hace millones de años, ese era el factor fundamental de supervivencia, y lo sigue siendo en parte hoy en día.

Así que nuestro mecanismo automático de supervivencia está constantemente diciéndonos que todo lo que hagamos, pensemos o sintamos que esté en sintonía con el grupo es bueno para nosotros, y todo lo que no es malo y pone en riesgo nuestra propia supervivencia.

Por eso somos capaces de hacer cosas estúpidas solo porque a nuestro alrededor otras personas las hacen. Por eso existen las modas, y las contra modas, y las «tribus urbanas» y las cuadrillas y todo el mundo trata de encontrar «su grupo» ya sea como seguidor de un equipo deportivo o como terraplanista. Obviamente la parte positiva es que también somos capaces de replicar e integrar los comportamientos más positivos, los que benefician al conjunto, nos permite una difusión del conocimiento y de la experiencia inimaginables en otras especies.

Por eso nuestro cerebro primitivo está constantemente evaluando si la opinión y la consideración de nuestro grupo es buena o no (porque de ello dependía nuestra supervivencia), y por eso nos importa tantísimo la opinión de otras personas.

Pero tenemos un problema enorme, porque nuestra sociedad ha evolucionado de manera exponencial en los últimos diez mil años, y muy especialmente en los últimos 500 años, y nuestro cerebro no ha tenido tiempo suficiente para desarrollarse al mismo ritmo.

Por eso tenemos que tomar conciencia de cuándo están operando los mecanismos de supervivencia de nuestro cerebro y nos lleva a actuar de una manera que en realidad no queremos.

Nuestros amigos estoicos no sabían nada de neurociencia, pero tenían un enorme conocimiento del comportamiento humano y sabían que aquí había un «desajuste» que solo la filosofía aplicada podría resolver:

Si quieres mejorar, debes estar dispuesto a ser ridiculizado. EPICTETO

El éxito de un insulto depende de la sensibilidad y la indignación de la víctima. SÉNECA

No deja de sorprenderme el hecho de que, aunque nos queremos más que a otras personas, valoramos más sus opiniones que las nuestras propias. MARCO AURELIO

Importa mucho más lo que tú piensas de ti que lo que piensan de ti los demás. SÉNECA

Si alguien consigue provocarte y hacer que pierdas la tranquilidad, tu mente es cómplice. EPICTETO

¿Alguien me desprecia? Ese es su problema. Mi misión es asegurar que no hago nada que merezca desprecio. MARCO AURELIO

Si alguien ofreciera tu cuerpo a un desconocido por la calle, te enfurecerías. Y sin embargo, ofreces tu mente a cualquiera para que abuse de ella, dejándola perturbada. ¿No te da vergüenza? EPICTETO

Ganarás el respeto de los demás cuando te empieces a respetar a ti mismo. MUSONIO RUFO

Contra la ira, postergación

Photo by Soulful Pizza on Pexels.com

Habitualmente eres una persona pacífica y tranquila, comprensiva y empática. En muchas situaciones en las que otras personas se enfadan y se enojan, tú mantienes la calma sin demasiados problemas.

Pero no siempre es así, y también se dan situaciones(*) en las que tu ira brota descontrolada desde tu interior, tu corazón bombea con toda su energía hinchando tus venas, una suerte de presión interior empuja con todas sus fuerzas para salir al exterior, caminas agitadamente, tu cabeza parece a punto de reventar, tienes ganas de explotar, de gritar, de arrasar con todo, de soltar las verdades, de cantarles las cuarenta, de pararles los pies de una vez…

En esos momentos una voz no para de decirte que tienes todo el derecho a ponerte en ese estado; no solo eso, te dice que es imposible no dar rienda suelta a la ira, que es insensato no hacerlo, que es una cobardía no responder, que tienes que hacer algo por respeto a tí mismo…

Y la experiencia (ya de unos cuantos años) te dice que siempre, siempre, siempre, que te has dejado aconsejar por tu ira, las cosas no han mejorado en nada, ni has resuelto nada, ni siquiera te has sentido mejor o desahogado.

Sin embargo, las veces que has conseguido postergar la respuesta, dejar para otro día esa conversación, contestar más tarde a ese mensaje, respirar y pensar en otra cosa mientras te están «buscando», las veces que has dejado que la presión de tu olla se fuese bajando poco a poco, siempre, siempre, siempre, ha sido para bien, después te has sentido a gusto y todo ha ido mejor.

Postergar. En este caso es la gran estrategia, la auténtica solución. No pensar en nada más, solo en dejarlo pasar y responder en otro momento, nunca en «el» momento. Pasado un tiempo, a menudo muy breve, todo lo ves de otra manera, mucho menos dramática, mucho menos trágica, mucho menos importante.

Postergar es la mejor opción para entrenar la sana indiferencia que se necesita para convivir con otras personas.

Recuerda a tus buenos consejeros estoicos con sus abundantes consejos sobre este tema:

La ira incontenida es frecuentemente más dañina que la injuria que la provoca. SÉNECA

La ira es un ácido que hace más daño al recipiente que la almacena que al objeto sobre el que se vierte. SÉNECA

La ira es como una piedra en caída libre, que se va descomponiendo contra las mismas cosas que golpea. SÉNECA

La mejor acción correctiva contra la ira es la postergación de la respuesta. Su primer asalto es duro, pero se debilitará con la espera. SÉNECA

Nuestra ira suele durar más que el daño que nos produjo la fuente de esa ira. SÉNECA

Mantenemos los fallos de los demás delante de nuestros ojos, y los nuestros propios tras nuestra espalda. SÉNECA

¿No quieres irritarte? No indagues más de la cuenta. Los que están siempre preguntando qué han dicho de ellos los demás solo conseguirán enfadarse más. SÉNECA

El vicio de otros no puede penetrar tu mente a menos que lo permitas. Es por ello más importante hacer algo primero sobre tu propia ira, y después sobre su causa. SÉNECA

Cualquier persona capaz de hacerte enfadar se convierte en tu dueño. EPICTETO

No importa la ofensa que nos dan, sino cómo la recibimos. SÉNECA

Es mucho mejor curarse que buscar venganza por el daño. La venganza desperdicia mucho tiempo y te expone a nuevas heridas. MARCO AURELIO


(*) Me refiero siempre a situaciones en las que alguien dice algo o tiene un comportamiento determinado que me resulta absolutamente irritante. No situaciones de agresión o que haya un posible daño hacia mí o hacia los míos. Son situaciones de daño emocional, o lo que a mí me parece en ese momento un daño emocional.

Pasa lo que tiene que pasar…

«En cualquier tarea se puede ganar o perder, lo importante es la nobleza de los recursos utilizados» Enorme Bielsa

…y da igual si te parece bien o mal, si te gusta o no, es lo que hay así que deja ya de preocuparte por lo que sucederá, de decepcionarte cuando no pasa lo que tu quieres, de enorgullecerte cuando sí que sucede…

Entonces, ¿da igual cómo actúes? No! Claro que no! Porque lo que pasa FUERA de ti será lo que tenga que ser, pero lo que pasa DENTRO de ti, eso depende (casi) completamente de ti.

Trata de practicar la sabiduría, la justicia, el coraje y la templanza, esa es tu misión, esa es tu razón de ser, y lo demás será lo que tenga que ser.

No es fácil, a pesar de que intelectualmente sabes que no es lo razonable, sigues actuando en la confianza de que obtendrás un resultado. Juegas el partido y esperas ganar, no solo jugar lo mejor posible y ya está, que en realidad es lo único razonable que puedes esperar.

Cuando realmente consigues desapegarte del resultado, cuando verdaderamente te pones en posición de hacer todo lo que está en tu mano, esperando lo mejor y preparado para lo peor, ahí es cuando encuentras el equilibrio, la serenidad, la justa distancia, tanto si todo sale bien como si no.

Tu amor por el control, tu ego, tu necesidad de autoafirmación a través del éxito, tu deseo de reconocimiento… todo eso es lo que te daña, lo que te hace pequeño y débil.

Además de al inmenso «loco» Bielsa, también releo a mis amigos estoicos y creo que no se puede explicar de mejor manera:

Tú tienes poder sobre tu mente, no sobre los acontecimientos. Date cuenta de esto y encontrarás tu fuerza. MARCO AURELIO

El hombre sabio se preocupa por la intención de sus acciones, no por sus resultados. Nuestra acción inicial está bajo nuestro control, pero la Fortuna determina su final. SÉNECA

No esperes que los eventos sucedan como deseas, sino desea que ocurran como son, y tu vida transcurrirá sin problemas. EPICTETO

No está en nuestro poder tener lo que deseamos, pero sí está en nuestro poder no desear lo que no tenemos y aprovechar todo lo que nos ha llegado. SÉNECA

El destino guía a quien lo acepta, y arrastra a quien lo rechaza. SÉNECA

Algunas cosas son buenas, otras malas y otras indiferentes. Lo bueno es la virtud, lo malo lo que se aleja de la virtud. Lo indiferente son cosas como la riqueza, la salud o la reputación. ¿Dónde debes buscar entonces lo bueno y lo malo? En ti, en lo que te pertenece. En lo que no te pertenece no debes usar los términos bueno o malo. EPICTETO

Todos mis bienes están conmigo: justicia, valor, sabiduría, la disposición a no considerar como un bien nada que se nos pueda arrebatar. SÉNECA

Solo hay un camino a la felicidad: desapégate de las cosas que no dependen de ti. EPICTETO

Una mirada con perspectiva

Desde la vuelta de vacaciones en septiembre están siendo unas semanas muy apropiadas para ejercitar la capacidad de distinguir lo que está en tu zona de control y lo que no (la famosa dicotomía del control) y sobre todo a mantener la serenidad frente a lo que está fuera de ella y a actuar sobre lo que está dentro.

Viéndolo ahora con un poco de perspectiva, has ido mejorando. Empezaste realmente mal, con mucha frustración y angustia porque las cosas no eran como tú querías, como tu habías imaginado… pero poco a poco has podido ir mejorando, evolucionando a poquitos, descubriendo y descubriéndote.

En ese camino te ha ayudado mucho revisar cada día lo que hacías, escribir en tu diario, pasar tiempo contigo mismo, reconocer tus errores y tus fracasos, pelear contra la autocompasión, agradecer el presente, acompañarte de buenas lecturas y de personas inspiradoras, hacer lo que tenías que hacer aún sin mucha motivación, incluidas conversaciones bien complicadas.

Y con todo ello has podido aprender, otra vez, algunas cosas interesantes que será bueno que no olvides, que seas capaz de mantener en tu comportamiento diario como que nada es tan malo como parece, que mucho depende de cómo vives lo que te sucede y que hay que mantener una cierta «indiferencia» frente a todo, que la vida nos puede poner pruebas tremendamente duras, de las que realmente desconocemos su verdadero final.

Has sufrido, has disfrutado, has decidido, has vivido y lo has hecho tomando conciencia en cada momento.

Miras atrás con serenidad y observas tu evolución.

Miras al futuro y sueñas con hacer realidad tus sueños.

El pasado ya no te daña, solo te enseña.

El futuro está por escribir, haz tu parte.

El presente es lo único que verdaderamente tienes, no lo pierdas!