Un nuevo paradigma social y económico se está gestando mientras el antiguo se descompone día a día. Que nadie se engañe, no habrá un derrumbamiento sonoro ni tendremos una fecha en la que certificar la defunción del viejo paradigma; el cambio se producirá, de hecho ya se está produciendo, de manera paulatina pero imparable. Este proceso es más o menos como el de ver crecer a tus hijos: los ves cada día y los ves siempre igual, pero de repente un día cualquiera te das cuenta de que han pasado 10 años y del cambio brutal que han experimentado.
Pues bien, hay algunas tendencias clave de este nuevo paradigma que ya se empiezan a ver con muchísima fuerza y que pienso que van a ser determinantes en la próxima década:
1.- La COLABORACION
El viejo paradigma ha estado presidido por el valor de la competitividad; la única posibilidad de que las personas, las empresas, incluso los países, pudieran desarrollarse era compitiendo con los demás, dejándolos atrás. La competencia se nos ha inculcado como si de una ley física ineludible se tratase, y quien planteaba otras alternativas era visto como un loco o en el mejor de los casos como un loco soñador, que para el caso, parecido.
Pues bien, hoy en día podemos observar a nuestro alrededor cómo cada vez más personas se desarrollan su profesión fundamentalmente a través de la colaboración con otros profesionales con los que no compiten sino que establecen redes con ellos, se apoyan, se llaman unos a otros para diferentes proyectos, con libertad y sin ataduras, pero sin ninguna necesidad de competir, sino todo lo contrario, con vocación de compartir, en el convencimiento de que compartir la información, el conocimiento, los clientes, los proyectos, les permite ser más fuertes, más resilientes, les multiplica las oportunidades y por lo tanto múltiplica su capacidad de desarrollo, su actividad y su negocio.
Ya hoy, pero cada vez más, dejaremos de ver a un profesional de la disciplina que sea trabajando en exclusiva para una empresa y con un contrato laboral fijo y esto será sustituido por profesionales que trabajan en red, que a la vez que desarrollan un proyecto para una empresa, están colaborando con la administración en otra cuestión, participando con otros profesionales de su campo en un proyecto colectivo y dando unas clases en una universidad, por ejemplo.
Un músico, por ejemplo, puede tener un grupo con el que produce canciones, las publica y toca en conciertos, a la vez que da clases en un convervatorio, desarrolla con otros músicos un proyecto de alcance europeo para el aprendizaje temprano en niños pequeños, ejerce de mentor de dos grupos noveles, y toca en la orquesta municipal. Y por qué no un ingeniero, un arquitecto, un economista o un médico? O un fresador, un electrónico, un montador, un cocinero, un administrativo o un pintor?
Haciendo un simil, digamos que si la vida laboral de nuestros padres y abuelos fue del matrimonio monógamo hasta que la muerte nos separe (un trabajo de por vida en una única empresa), la nuestra está siendo la del encadenamiento de sucesivos matrimonios monógamos gracias a la posibilidad del divorcio (varios trabajos en varias empresas de manera sucesiva) y la de nuestros hijos y nietos tenderá cada vez más hacia relaciones abiertas, no necesariamente matrimoniales, y no necesariamente exclusivas (varios trabajos para varias empresas, proyectos, etc, simultaneamente y a lo largo del tiempo)
A estas alturas nadie me argumentará lo de la seguridad que da tener un contrato fijo en una empresa. Una persona que lleva desarrollando el mismo trabajo durante años, en el mismo entorno y con las mismas personas tiene una capacidad de resistencia limitadísima en el caso de que su empresa prescinda de él. Por el contrario, una persona que lleva años haciendo cosas diferentes, en entornos diferentes, con personas diferentes, que tiene una red de relaciones, de proyectos, de empresas y personas con las que colabora, tiene una inmensa capacidad de resistencia ya que dificilmente todo lo que tiene a su alrededor caerá a la vez.
Esto choca claramente con conceptos muy arraigados culturalmente en nuestra sociedad como el de la seguridad de una nómina, como el de la exclusividad en la dedicación laboral, como el de la carrera profesional unidireccional y monocorde, como el de tener un único lugar físico de trabajo, un horario, un calendario laboral.
Sé que hay a quien todo esto le parecerá horrible, y hasta es posible que alguien me hable de lo del engaño de la autoexplotación y la inseguridad y la perversión del falso autónomo… pero nada más lejos de la realidad: sinceramente, alguien en su sano juicio le desearía hoy a sus hijos que tuviesen que trabajar 40 años en el mismo sitio, haciendo la misma tarea, con la misma gente, en el mismo lugar, los mismos días y a las mismas horas? Por mucho que eso llevase aparejada una nómina todos los meses? Yo lo que deseo es que mis hijos tengan la oportunidad de disfrutar de una vida profesional diversa, rica, que les permita vivir experiencias diferentes y por lo tanto ampliar sus conocimientos, que no les encadene a un sitio ni a un horario, que les abra un mundo de relaciones diverso y enriquecedor… Afortunadamente creo que vamos en esa dirección de una forma irreversible.
Pienso que dentro de 10 años para los nuevos profesionales, conceptos como el de emprendedor, empresario, trabajador asalariado, trabajador autónomo, etc, les van a resultar incomprensibles por que no se van a ver reflejados en ninguno de ellos ya que probablemente sean todo ello a la vez u otras cosas completamente diferentes.
Imaginad lo que puede suponer esto en cuestiones que hoy nos parecen sagradas pero que hay que reconocer que son necesarias para un modelo que se está acabando, y me refiero a cosas como las indemnizaciones por despido, las clausulas de exclusividad, las cotizaciones sociales según tipología de trabajador, los subsidios por desempleo, las modalidades de contratación… No digo que todo esto vaya a desaparecer, pero que vamos a ver fuertes transformaciones, sin ninguna duda.
Esta tendencia de la colaboración no sólo se da entre las personas de manera individual, sino también entre las empresas. Aunque les está costando más ir por esta senda, en el futuro vamos a ver cada día más ejemplos de organizaciones que no compiten entre ellas, sino que colaboran y se desarrollan conjuntamente lo cual les hace más fuertes y les permite generar más negocio. Esa idea de que el mundo empresarial es un todos contra todos y que sólo puede ganar uno se ha demostrado que es absurda porque finalmente todos acaban perdiendo. Se nos ha vendido durante décadas que el mundo de los negocios era como un gran desierto que cada uno debía cruzar solo con su camello para tratar de llegar el primero a la ciudad a vender su mercancía; lo que estamos viendo es que resulta mucho más lógico atravesar el desierto juntos, formando una caravana que nos proteja, que nos ayude, y que nos permita llegar al máximo posible a la meta.
El futuro pasa por la búsqueda de alianzas estratégicas entre iguales, por la búsqueda de la complementariedad entre diferentes, por tejer redes de sustento mutuo que nos protejan de la intemperie, pasa por organizaciones menos estancas, más permeables, con contornos menos definidos. Hoy en día en la mayoría de las empresas es muy facil saber quien es de la empresa y quien no; ya hay muchas en las que no es posible definir a los componentes de la empresa sólo con los que cobran una nómina porque tienen colaboradores, agentes, delegados y figuras de todo tipo sin los cuales la empresa no se puede concebir; en los próximos años esta tendencia se va a acentuar y las fronteras de la empresa serán cada vez más y más difusas.
En los siguientes post hablaremos de:
2.- La RELOCALIZACION
3.- La PERSONALIZACION
4.- La ARTESANIZACION
5.- La SIMPLIFICACION
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