Desde el año 2009, el Athletic de Bilbao (mi club de fútbol) ha logrado la hazaña de llegar a disputar 10 finales de alguna de las competiciones más importantes en España, una final de la UEFA, 3 supercopas y 5 copas del rey, habiendo ganado las 2 últimas supercopas.
El Athletic es un club especial porque solo juega con jugadores nacidos en Euskal Herria o «criados futbolísticamente» en las canteras del club. Es decir, no ficha solo con dinero, lo cual en estos tiempos es ir contracorriente de manera brutal, en especial para un club de un país muy pequeñito como es Euskadi. Por eso lograr semejantes resultados es doblemente meritorio.
A los jugadores del Athletic se les conoce como «los leones» porque en su juego ponen la garra, el coraje y la pelea hasta el último minuto que les permiten superar a rivales objetivamente muy superiores.
En este sentido, los valores del Athletic son muy estoicos: seguir tus principios aunque objetivamente te perjudiquen en el resultado, darlo todo y más confiando en la posible victoria aún sabiendo que lo más probable es la derrota, levantarse con cada golpe e intentarlo de nuevo en la siguiente ocasión.
Para ser jugador del Athletic tienes que ser muy estoico, lo mismo que para ser un buen aficionado y miembro de este gran club.
Por eso, cuando el equipo se aparta de esos valores y juega como lo ha hecho en las dos últimas finales, con falta de ambición y de coraje, con miedo al fracaso, con la obsesión por el resultado y no por hacer lo que hay que hacer… cuando eso sucede, a la derrota, ya de por sí dolorosa, se suma la infinitamente más dolorosa visión de un equipo que no es el tuyo, que no representa esos valores ni actúa en base a ellos.
Y la frustración es tremenda. Imagino la de los jugadores y demás equipo técnico porque si la de la afición es mayúscula, la suya ha de ser superlativa.
Ante lo cual no queda más que el camino estoico de nuevo: levantarse de la lona, revisar lo sucedido, perdonarse a uno mismo y prometerse que en la próxima ocasión lo intentará de nuevo con todo el coraje, toda la serenidad y todo el empeño.
Si yo tuviera alguna capacidad de decisión en el club, implantaría de manera inmediata un trabajo sobre estoicismo con todo el equipo, un trabajo práctico, un trabajo que entrene las mentes de los jugadores tanto o más que el cuerpo. Ya sabemos que la disposición mental influye absolutamente en cualquier desempeño, y muy especialmente en el deporte, y aún más especialmente en este equipo.
De todos modos, querido lector o lectora, por si no te has dado cuenta, en realidad este artículo no va solo del Athletic, que igual te importa un pimiento, sino que va de mí y de tí, va de las finales que nos toca jugar en nuestra vida y la manera como las afrontamos, va de que nos pasa igual que los jugadores del Athletic y que debemos trabajarnos intensamente y seguir haciendo lo que debemos, con coraje, con determinación y con serenidad.
Aupa Athletic!!!
PD: gracias a Nacho por el whats del sábado, que me puso en la pista de salida de este post 😉