
«Las circunstancias no hacen al hombre, solo lo revelan.» – Epicteto
¿Se puede ser feliz viviendo en la pobreza o en la enfermedad? ¿El dinero da la felicidad o es justamente al contrario? ¿Buscar el éxito económico o un estado físico saludable son metas que nos aportan felicidad?
Muchas religiones, filosofías e ideologías han tratado de dar respuesta a estas preguntas a lo largo de los siglos, y hay visiones para todos los gustos, desde el cinismo que propone que la felicidad es vivir sin nada, como los perros (de ahí su nombre) hasta el capitalismo más salvaje que promulga la acumulación de la riqueza como medida absoluta del éxito en la vida.
Hace unos cuantos años escribí en el blog mi idea sobre la felicidad. Tengo que reconocer que con el tiempo y la inspiración del estoicismo he variado un poco esa idea.
Para el estoicismo, lo primero es entender que la felicidad solo se consigue centrando nuestros esfuerzos en aquellas cuestiones que podemos hacer que dependan exclusivamente de nosotros mismos, es decir, nuestros pensamientos y nuestros comportamientos.
Como ya veíamos en otro artículo anterior, para tener una vida plena y con sentido, hemos de trabajar un estado emocional de armonía y serenidad y comportarnos en la vida con sabiduría, coraje, justicia y templanza.
Alcanzar la felicidad en el sentido de alcanzar esa mejor versión posible de nosotros mismos es precisamente llegar a hacernos dueños plenamente de nuestros sentimientos, pensamientos y acciones, liberándolos de todo condicionante externo y en consecuencia asumiendo nuestra vida con total y absoluta responsabilidad.
Tener más o menos dinero, salud, fama o poder son cuestiones que no dependen exclusivamente de nosotros y por lo tanto son aspectos de nuestra vida que son «indiferentes» para alcanzar la felicidad que comentamos.
«Indiferentes» no significa, por ejemplo, que nos de igual tener salud o no. Es preferible tener salud, y es bueno y correcto hacer aquello que nos ayuda a estar más saludables, siempre con dos condicionantes: uno, que lo que hagamos para lograrlo no vaya en contra de la «virtud», y dos, que asumamos que incluso haciendo todo lo que esté en nuestra mano, es posible que no alcancemos lo que buscamos y eso no debe ser motivo para nuestra desdicha.
Por supuesto es mejor tener medios económicos para disfrutar de una vida desahogada que vivir en la miseria, pero, si lo conseguimos actuando en contra de la justicia, de la sabiduría, del coraje o de la serenidad, en lugar de alcanzar la felicidad estaremos justamente en el lado contrario. Y por otro lado, si a pesar de nuestros esfuerzos no alcanzamos ese nivel económico, o si el infortunio nos lo arrebata, eso no es un impedimento absoluto para alcanzar la felicidad de la que habla el estoicismo.
En consecuencia:
- ¿Se puede ser feliz en la pobreza o la enfermedad? Sí, por supuesto. Ambas cosas están fuera de lo que depende en exclusiva de nosotros y por lo tanto no debemos poner ahí nuestra felicidad.
- ¿Entonces da lo mismo vivir en la miseria que tener una vida desahogada o tener salud que enfermar? No, no da lo mismo. Es preferible no vivir en la pobreza o la enfermedad, pero no podemos controlarlo completamente, ni debemos anteponerlo a llevar una vida sabia, justa, honesta y serena.
- ¿Para qué entonces llevar hábitos saludables o esforzarse en la vida si la riqueza y la salud no dependen de nosotros? No dependen completamente, en lo que depende de nosotros y no nos desvíe de hacer lo correcto, es preferible intentar lograrlo.
Tal y como yo lo entiendo, la vida es como un jugar a un deporte (pon el que más te guste) por ejemplo, jugar un partido de futbol, en el que mi objetivo no es ganar el partido sino jugar lo mejor posible, dando el máximo de mi potencial, jugando limpiamente, respetando al rival y actuando con serenidad y buen ánimo en todo momento. Haciendo todo ello tengo muchas probabilidades de ganar el partido, pero hay mil factores más que influyen por lo que el resultado me será indiferente, aunque prefiera ganar, y mi felicidad, mi satisfacción, será haber jugado lo mejor posible.
La vida no te pide ganar el partido sino poner lo mejor de ti mism@ mientras juegas.
PD IMPORTANTE: Este blog es un espacio de conversación. Te agradezco infinitamente si dejas algún comentario, reflexión, opinión, contraste, idea alternativa o lo que quieras, siempre con educación y con ánimo de profundizar, crecer e inspirarnos mutuamente. Gracias!