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El funcionamiento del dinero en la Biopolis Cantábrica del 2046

En el anterior post os contaba cómo es la organización política hoy en día, en 2046 en nuestra Biopolis Cantábrica, y hoy os voy a contar cómo funciona algo por lo que seguro que os estáis preguntando: el dinero.

Sobre este asunto, y tras debatir mucho sobre ello, se llegó a la conclusión de que era importante tratar de mantener al máximo la operativa tradicional y la manera en la que siempre se ha manejado el dinero, aunque en el fondo, realmente lo que hoy tenemos es algo completamente diferente.

Seguimos teniendo una moneda que se sigue llamando Euro y sigue habiendo monedas físicas y billetes, aunque lo más utilizado por comodidad es el euro digital que se usa a través de nuestros móviles (que no son como los antiguos, de esto también hablaremos más adelante).

Todos los bienes y servicios básicos tienen unos precios regulados y son producidos por la Biopolis directamente. Los que no están catalogados como básicos, funcionan según la antigua idea de oferta y demanda, es decir, se pueden producir y vender libremente siempre que alguien esté en disposición de pagar el precio convenido.

A su vez, la Biopolis nos ingresa a cada persona una asignación mensual que es suficiente para poder «comprar» todas las cosas básicas que necesitamos: la comida, bebida, ropa, libros, etc. También pagamos con ello el transporte, el agua, la electricidad, internet, etc. Esta asignación es universal e incondicional. Se percibe por el hecho de ser una persona ciudadana de la Biopolis.

Además de la Asignación Ciudadana, las personas que trabajan o tienen un negocio o una actividad económica determinada, o realizan trabajos relacionados con la Intendencia o la Asamblea, etc, perciben ingresos específicos adicionales según un esquema de retribución establecido de manera general para todas las personas de la Biopolis.

Como podéis ver, seguimos utilizando la terminología de comprar, vender, precio, dinero, etc, solo por comodidad y porque de ese modo se facilitó en su día la transición al nuevo modelo, pero en realidad lo que hace la Biopolis es realizar una distribución equitativa de los bienes básicos entre la población, de manera que nadie tenga menos de lo necesario.

Pero esta es solo una de las dos caras de la moneda, porque además del Euro, hemos introducido otro mecanismo muy importante que la gente común hemos acabado llamando los «Codos» por aquello de que están relacionados en parte con los límites de CO2 que podemos emitir.

Cada producto o servicio que podemos adquirir con nuestros euros, ya sea básico o no, tiene asignado también un valor en «Codos», que resumidamente es el valor del impacto ecológico de ese bien o servicio. Cada Biopolis tiene asignado una cantidad total de «Codos» en función de diversos parámetros, como son la población, las cosas que produce y la forma de hacerlo, o lo que hace para regenerar su biodiversidad.

Cada persona recibe periódicamente una asignación de «Codos» que va subiendo o bajando en función de lo que consume o lo que hace. Por ejemplo si cultiva un pequeño huerto urbano recibe «Codos» adicionales, y cuando compra cualquier cosa, se le descuentan los «Codos» que se han estimado para ese bien.

En definitiva, para adquirir lo que necesitas o lo que quieres, has de disponer de Euros y de Codos. Todas las personas por el hecho de ser ciudadanas disponen de los Euros y los Codos suficientes para cubrir sus necesidades básicas y a partir de ahí, cada persona puede obtener más Euros y Codos según su actividad, teniendo en cuenta que los Codos están limitados a la cantidad asignada al conjunto de la Biopolis. De este modo se garantiza que la economía se mantiene siempre en los límites ecológicos y de cobertura de las necesidades básicas.

Un par de cuestiones relevantes al respecto del dinero que siguen siendo muy sorprendentes para quienes venimos de la época de los pelotazos financieros: quien tiene Euros o Codos de sobra, puede prestarlos a otras personas, pero no puede cobrar intereses por ello, por lo que ha desaparecido toda la parte puramente financiera relacionada con el dinero ya que en este nuevo sistema es totalmente innecesaria. Y por otro lado, hay que destacar que existe un límite a la acumulación de Euros, por lo que una vez alcanzado ese límite, se suspende la percepción de la Asignación Ciudadana así como del resto de retribuciones que tenga dicha persona. De todos modos, en este sistema la acumulación de dinero no reporta el más mínimo beneficio, por lo que apenas se produce.

La tecnología, en especial la IA está siendo una herramienta fundamental para poder concretar todo este sistema y hacerlo sencillo y operativo para quienes lo usan, por lo que mantenerlo en funcionamiento es una de las cuestiones básicas que debe cubrir la Biopolis.

En siguientes publicaciones seguiré explicándoos como funcionan las cosas en este 2046 y como siempre os recuerdo, la realidad existió primero en la imaginación y el deseo.

La crisis de la crisis.

Hay que reconocer que la crisis tiene de bueno que cada día hay un montón de novedades que merecen la pena ser comentadas; desde luego esto es un filón para los blogueros perezosos como yo 😉

En fin, en lugar de llenar el blog con dos o tres post diarios, agrupo las ideas que se me van amontonando en estos días:

– Parece que hay intentos de refundar el capitalismo. También parece claro que esto no puede seguir así, pero me sorprende la poca vergüenza de quienes plantean dicha refundación, ya que son los mismos que nos han traido hasta aquí. Personalmente, si hay que refundar, que lo hagan otros, los que sean, pero al menos harán algo diferente.

– Si leíamos con estupor que hace unas semanas la patronal pedía un paréntesis en el capitalismo, ahora el PSOE propone también un paréntesis en la democracia, y además de nacionalizar los mercados financieros ahora se disponen a instaurar el partido único ¿quién dijo que estos señores no eran de izquierdas?

– Para lo que no hay paréntesis es para los EREs, para los ficheros de morosos, para el pago de las hipotecas, etc, etc.

– Y es que ya sabemos que aunque nos parezca que salvar al capitalismo es mucho más sencillo que acabar con la pobreza, en realidad «está todo relacionado«, y con eso ya podemos dormir tan traquilamente.

– Bueno, podran dormir quienes no lean al economista Niño Becerra (se llama así, yo qué culpa tengo) porque si lo que vaticina se cumple, es realmente para echarse a temblar. Por si las moscas, os recuerdo algunos consejillos para estar preparados si llega semejante desastre.

– Y hablando de dormir, resulta que lo poco que tenemos ahorrado en casa está entre el Santander, la BBK, e ING. La bolsa nunca la he entendido y me ha parecido una simple lotería por lo que ahí no me han pillado, pero he estado dudando que hacer con lo de ING tras el «plan de capitalización» al que han tenido que somerle de urgencia. Mi impresión es que ahí esta tan seguro o tan inseguro como en cualquier otro banco a la vista de que hasta sobre los supuestamente más solventes hay sombras de duda. En el peor de los casos, si esto hace un crack de verdad, dará igual donde esté el dinero, porque valdrá lo mismo que si fuera del monopoli.

– Por último, continuando con la labor explicativa de lo que está pasando y siguiendo los capitulos anteriores de «El origen de la crisis explicado muy clarito«, «La historia de las cosas«, y «La gran mentira del dinero«, recopilo otros dos materiales fundamentales: el ya famoso pero no menos divertido video en el que se explica el origen de la crisis de las subprime, y un relato muy ilustrativo de lo que es el mercado bursátil que he visto en el blog de Julen (y que las malas lenguas atribuyen a Marc, lo cual no me extrañaría nada, aunque no lo puedo confirmar)

Una vez llegó al pueblo un señor muy bien vestido, se instaló en el único hotel que había, y puso un aviso en la única página del periódico local, que estaba dispuesto a comprar cada mono que le trajeran por 10 euros.
Los campesinos, que sabían que el bosque estaba lleno de monos, salieron corriendo a cazar monos. El hombre compró, como había prometido en el aviso, los cientos de monos que le trajeron a 10 euros cada uno sin chistar.
Pero, como ya quedaban muy pocos monos en el bosque, y era difícil cazarlos, los campesinos perdieron interés, entonces el hombre ofreció 20 euros por cada mono, y los campesinos corrieron otra vez al bosque.
Nuevamente fueron mermando los monos, y el hombre elevó la oferta a 30 euros,y los campesinos volvieron al bosque, cazando los pocos monos que quedaban, hasta que ya era casi imposible encontrar uno.
Llegado a este punto, el hombre ofreció 50 euros por cada mono, pero, como tenia negocios que atender en la ciudad, dejó a cargo de su ayudante el negocio de la compra de monos.
Una vez que viajó el hombre a la ciudad, su ayudante se dirigió a los campesinos diciéndoles: » Fíjense en esta jaula llena de miles de monos que mi jefe compró para su colección. Yo les ofrezco venderles a ustedes los monos por 35 euros, y cuando el jefe regrese de la ciudad, se los venden por 50 euros cada uno».
Los campesinos juntaron todos sus ahorros y compraron los miles de monos que había en la gran jaula, y esperaron el regreso del ‘jefe’.
Desde ese día, no volvieron a ver ni al ayudante ni al jefe. Lo único que vieron fue la jaula llena de monos que compraron con sus ahorros de toda la vida. Ahora ya saben como funciona la Bolsa y el mercado de valores.

La gran mentira del dinero.

Aún no salgo de mi asombro. Yo que pensaba que de esto entendia algo, almenos un poquito, y resulta que no tenía ni idea.

Lo veo en el blog de Marc y luego en el de Julen y como me pica la curiosidad sigo buscando y encuentro este auténtico documental en el que se explica con sorprendente claridad el mundo de ilusión en el que vivimos, las grandes mentiras sobre las que se basa todo nuestro sistema bancario y financiero.

Dura tres cuartos de hora, pero os puedo asegurar que no debéis dejar de verlo, si no es ahora mismo guardadlo y lo véis cuando tengáis un rato, pero insisto,  ¡¡¡no dejéis de ver este video!!!

La receta de la felicidad

El otro día le oí a Punset decir que disponer del dinero suficiente para vivir dignamente era condición necesaria para obtener la felicidad, pero que a partir de ese umbral, en general, las personas valoramos otras cosas mucho más que el dinero.

Yo diría que además del dinero suficiente para vivir, hay otro umbral necesario, que es el de la salud. Normalmente no buscamos tener una magnífica salud, no nos producen felicidad unos espléndidos análisis, pero la carencia de salud impide la felicidad.

A partir de estos dos elementos, salud y dinero suficiente, yo creo que el resto de ingredientes que nos aportan la felicidad son:

  • Disponer de una cantidad importante de tiempo sobre la que poder decidir libremente. Si descuentas las horas de trabajo, las de sueño y demás cosas que haces por «obligación», el resto es el tiempo que realmente puedes invertir en lo que tu quieres, en lo que verdaderamente te interesa. Creo que a mayor disponibilidad de este tipo de tiempo mayor felicidad.
  • Tener pasiones a las que dedicar ese tiempo: pueden ser millones de cosas como aficiones, deportes, colecciones, trabajos comunitarios, etc, etc. Si tienes tiempo, pero no tienes pasiones en las que invertirlo la vida se hace muy cuesta arriba.
  • Y por último, estar rodeado de personas con las que compartir ese tiempo y esas pasiones, ya sean tu familia, tus amigos, etc. Creo que las personas no estamos hechos para vivir nuestras pasiones en soledad, sino para compartirlas con otras personas, para apasionarnos junto a otros.

En consecuencia, mi receta para la felicidad es: cultiva tu salud, gana el dinero suficiente para vivir comodamente, libera todo el tiempo que puedas y dedícalo a tus pasiones en compañía de las personas a las que quieres.

¿Cual es la vuestra?

(La foto es de Angelferd)