Si los resultados de Izquierda Unida a nivel estatal han sido malos, en Euskadi lo han sido aún más: 50.123 votos con un porcentaje del 4,57% es el peor resultado obtenido en unas Generales desde 1989.
Respecto a las Generales de 2004 ha supuesto la pérdida de prácticamente la mitad de los sufragios y de la cuarta parte si tomamos como referencia las Autonómicas del 2005.
Es cierto que el comportamiento del electorado no es el mismo en las elecciones autonómicas que en las generales, pero eso lejos de tranquilizarnos debiera ponernos aún más en alerta pues las series históricas hablan de que siempre hemos tenido en Euskadi más % de voto en las Generales que en las Autonómicas. (Gen 96 9,35% – Aut 98 5,68%; Gen 00 5,62% – Aut 01 5,58%; Gen 04 8,31% – Aut 05 5,37%)
¿Cual es la explicación a este recorte brutal de nuestro apoyo electoral? Hay algunas razones que parecen evidentes: la injusta Ley electoral, el empuje del bipartidismo, la corriente de solidaridad con el PSOE. Todo esto ya lo comentaba el propio Javier Madrazo en las primeras valoraciones del resultado.
Pero esas no son las únicas razones, y creo que la Presidencia Federal de IU aporta muchas claves en su última resolución presentada por Llamazares en la que además de todo lo ya comentado explica: «En el resultado han pesado años de confrontación y desgaste interno; una degradación de la vida organizativa y de la confianza mutua; dificultades para expresar nuestro discurso y nuestras propuestas; un agotamiento de la organización y un abandono de las responsabilidades en esta materia; centrarse en el trabajo institucional con escasa capacidad para articular o contribuir a articular los movimientos sociales; un discurso y una práctica que han podido, en ocasiones, desdibujar nuestra identidad. No hay duda de que la dirección federal en su conjunto no ha sabido reconducir positivamente esta situación.«
Estoy muy de acuerdo con Gaspar Llamazares aunque es una pena que haya tenido que ocurrir esta debacle para que se ponga encima de la mesa lo que era evidente.
En Euskadi no podemos ser ajenos a esta reflexión porque las causas de nuestro retroceso no son muy diferentes a las que se plantean en la resolución de la Presidencia Federal.
Y por eso mismo creo que también las medidas que debemos aportar pueden ir en la misma línea que ha marcado la dirección federal:
«Esta Permanente cree que la mejor manera de abordar esta reflexión es abriendo desde ahora mismo el proceso Asambleario, dando la voz a los afiliados y afiliadas para que su protagonismo sea el decisivo en la búsqueda de soluciones, alternativas, construcción de nuevos equipos etc.
Esta Asamblea deberá ser la que relance el proyecto político de IU, de una formación de izquierdas, federal, alternativa y transformadora. Deberá servir para asegurar un equipo de dirección con capacidad política, con compromiso y con una voluntad clara de dinamizar la organización, vincularse a los movimientos sociales y estimular el pensamiento crítico.
La Asamblea deberá asegurar su condición democrática, unitaria y abierta. Es decir, garantizar que se cumple la exigencia de limpieza en los censos; elección de procedimientos democráticos; que sea unitaria, es decir pensada con la vocación de incluir, no de excluir, en el convencimiento de que faltan muchos y no sobra nadie; y abierta, esto es, pensada como una reflexión abierta y participada por la sociedad de izquierdas que nos ha seguido apoyando en este proceso electoral.«
Creo sinceramente que el proyecto que Ezker Batua Berdeak puede ofrecer a la sociedad vasca es necesario y atractivo y que tenemos el tiempo suficiente hasta la siguiente cita electoral para hacer aquí también ese proceso Asambleario que nos relance, que nos permita recuperar perfil, que nos renueve hacia dentro y hacia fuera, en definitiva que vuelva a ilusionar a nuestra militancia, a nuestros simpatizantes, y a nuestros votantes.
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